La cuestión es casi unánime: si Nicolás de la Cruz está sano y en condiciones físicas de jugar un partido, es prácticamente indiscutible en este River. Por eso, el entrenamiento de este lunes a la tarde en el Camp será muy importante para las aspiraciones del volante de jugar la revancha contra Vélez: Gallardo lo probará y, si responde, cuenta con altas chances de volver al 11 inicial.

Quizás algún desprevenido se pregunte por ahí por qué el uruguayo no estuvo en la ida ni este domingo ante Huracán, si es que no tiene ninguna lesión. La respuesta es que seguía molesto de la fuerte patada de Braghieri en el partido contra Lanús del sábado pasado, que lo obligó a dejar la cancha en el primer tiempo. Se entrenó liviano y el Muñeco decidió descartarlo para los últimos dos juegos.

Pero ahora puede darse su vuelta: si este lunes completa un entrenamiento a la par del grupo por primera vez desde aquel golpe, sería parte de los que salgan a la cancha a dar vuelta la serie contra Vélez. Y en eso De la Cruz podría ser un protagonista: tanto el equipo como los hinchas sintieron su ausencia en Liniers por lo que aporta desde lo futbolístico y lo anímico.

"No se sentía bien y el golpe lo imposibilitaba de jugar. Probó y no pudo recuperarse. Veremos cómo se siente en estos días", había expresado Gallardo post 0-1 en Liniers sobre De la Cruz. Para esa noche lo había concentrado, pero luego lo dejó afuera del banco de suplentes. En caso de no recuperarse, su lugar lo seguiría ocupando Esequiel Barco. Es, hasta ahora, la única duda del Muñeco, salvo que piense en patear el tablero para la vuelta. 

Vale aclarar que, a pesar de que está a menos de seis meses de la finalización de su contrato, se seguirá entrenando a la par del grupo porque desde la dirigencia saben que hay buena predisposición del volante y su representante para renovar el vínculo. Casos diferentes a los de Angileri y Rollheiser, quienes decidieron quedar libres y fueron apartados del plantel desde enero.

¿Hay acuerdo?

El pacto implícito al que se había llegado para que el uruguayo sellara su vínculo antes del 1° de julio (fecha desde la que puede firmar un precontrato con cualquier club para sumarse libre a partir de diciembre, aunque ya dijo que no lo hará) siempre y cuando no se concretara una oferta que lo sedujera quedo en palabras. Los hechos demuestran que los tiempos los marcan las urgencias del mercado y que para el autógrafo de De la Cruz habrá que seguir esperando.

A esta altura de las circunstancias, sólo los protagonistas de esta historia saben si horas, días o meses, en un contexto en el que incluso podría combinarse una extensión con una transferencia, ya que el mercado de pases de Europa cierra el 31 de agosto. 

OLÉ