Lo que tanto se temía desde el domingo pasado, día en que se radicó la denuncia de averiguación paradero, pareció quedar confirmado en la noche de ayer. Florencia Romano (14) habría sido asesinada y su cuerpo, encontrado en  la localidad mendocina de Maipú. La pareja sospechosa va a la cárcel y hay un tercer involucrado que resultó determinante. Pero una llamada al 911 que fue desestimada podría haber evitado el final.

La adolescente de Guaymallén tuvo en vilo a toda la provincia de mendozaen las últimas horas, con amplios operativos policiales para dar con ella y con manifestaciones en las calles que pedían por su aparición con vida. El objetivo de la Justicia en parte se cumplió. El deseo de su familia y de toda la gente, no.

Apenas una hora después de que imputaran a los principales acusados, la pareja con la que estuvo la víctima en la tarde del sábado, en calle Alsina al 2.300 se armaba un importante despliegue de la Fuerza luego de que un hombre que trabaja en un frigorífico de la zona llamara al 911 para decir que había encontrado en una acequia un cuerpo envuelto en una sábana. El hallazgo fue a unas 30 cuadras de la casa de los detenidos.

Parte de esos restos estaban quemados y serían de la chica buscada. La fiscalía de Homicidios anoche informó que todos los indicios coinciden, pero que durante la madrugada recibirían la confirmación genética. La autopsia revelará también la causa de muerte.

Aporte clave

Quien destrabó finalmente la investigación fue un hombre allegado a la pareja, que declaró ayer y sostuvo que lo habían contactado la noche del sábado para colaborar con la tarea de “deshacerse de un perro muerto”.

Esta persona llegó en un auto y se llevó el cadáver -sin saber que eran restos humanos, según él- para arrojarlo en la calle Alsina, en compañía del sospechoso. El testigo se presentó con dos abogados y no quedó ni acusado ni detenido. Los pesquisas ataron cabos al enterarse del llamado al 911 del empleado del frigorífico y dieron con el lugar del hallazgo.

Imputados por femicidio

Pablo Arancibia (33) y Micaela Méndez (27) fueron imputados por femicidio -tiene pena única de perpetua- en calidad de coautores. La fiscal Claudia Ríos entiende que entre los dos, y en un contexto de violencia de género, asesinaron a la menor. Hoy ambos pasarán a los respectivos penales.

La pareja quedó complicada por los primeros indicios que obtuvieron los investigadores. Las cámaras de seguridad de Padre Vázquez y el callejón Berra, zona de Maipú donde viven los sospechosos, registraron cuando Florencia llegaba luego de bajarse de un colectivo. Su arribo al lugar quedó también evidenciado por el pasaje que marcó su tarjeta SUBE.

Luego las cámaras ya no la vieron salir de la vivienda, más allá de que Arancibia sostuvo que la había acompañado a tomar el micro de regreso. En este caso, la tarjeta no volvió a marcar otro movimiento.

El hombre, extraoficialmente, confesó que había invitado a Romano a su casa para pasar la tarde del sábado, tras intercambiar mensajes por Instagram. Estas conversaciones también fueron recabadas y adjuntadas en el expediente.

Y de la “juntada” hay una prueba más: la adolescente le compartió a una amiga la ubicación del lugar para que fuera y le envió una foto tomando una bebida.

Un punto que parecía beneficiar a los acusados fue que la sangre hallada en su propiedad no era de la adolescente. El laboratorio del Poder Judicial indicó que esos restos hemáticos eran de un hombre y el imputado dijo que lo había lastimado un gato. Esta versión no les cerró a los sabuesos, que creen que Arancibia pudo ser atacado por la jovencita desaparecida en un intento de defenderse.

¿Pudo evitarse la tragedia?

De la causa se extrajo compulsa por la comisión de un presunto segundo delito. A las 18.58 del sábado hubo un llamado al 911, que habría sido de un vecino de la calle Berra, para informar que en la propiedad de Arancibia se escuchaban gritos y peleas.

La autoridad que recibió la comunicación no le habría dado trascendencia a esos dichos, ya que no se desplazó ninguna movilidad policial a la zona. Al parecer, el denunciante terminó cortando la llamada, aunque los pesquisas consideran que igual debieron movilizarse para saber qué ocurría. Frente a esto, buscarán saber si hay responsabilidades.

Florencia salió de la casa de su familia en Rodeo de la Cruz durante el mediodía del sábado y les dijo a sus padres que iba a visitar a una amiga. A esta chica le manifestó que iría a una fiesta, aunque a las 19 su celular se apagó y no volvió a encenderse.

Fuente: Diario Los Andes