Eran alrededor de las 16,30 de ayer cuando se encendieron las alarmas. La pequeña Guadalupe Luján (4 años), la menor de cinco hermanos, desapareció de la vista de sus familiares de un rato para otro y no respondió a ningún llamado. La buscaron con desesperación por toda la Villa Pueyrredón, en Chimbas, hasta que un vecino llamó al 911 y, sobre las 17,20, la Policía sumaba sus esfuerzos por hallarla. Minutos más tarde, cerca de las 18, un operario de la fábrica de carburo situada unos 500 metros al Este de la casa donde estaba, daba cuenta de la novedad que nadie quería pero todos temían: el cuerpo sin vida de la niña estaba atascado entre las parrillas de la usina de la fábrica.

Los pesquisas no descartan nada, por eso esperan el resultado de la autopsia

Ayer, el fiscal Francisco Micheltorena, el ayudante fiscal Adrián Elizondo y el coordinador policial de la UFI de Delitos Especiales, el comisario inspector Ángel González, trabajaban sobre la hipótesis de un hecho accidental: la niña pudo cruzar los límites del lote de sus padres tras desprender una improvisada puerta de la malla metálica perimetral y cayó al canal, que pasa escasos metros del fondo de esa propiedad.

Según la familia de la víctima, Guadalupe era la menor de 5 hermanos y vivía con sus padres en la casa de una abuela en Villa Obrera, cercana a la fábrica de carburo. Ayer en la mañana, habían ido como de costumbre a pasar el día en su lote de la Villa Pueyrredón, donde viven un hijo y la hija mayor del matrimonio con su pareja y su pequeña nena.

Los investigadores esperarán ahora el resultado de la autopsia para determinar cuál fue efectivamente la causa de muerte de la niña. Y también para saber con precisión si pudo o no ser víctima de algún ataque previo, antes de terminar en el caudaloso canal. Por ahora, todo indica que se trató de un accidente.