Fue el propio sobrino de la víctima el que llamó al 911 para decir que había encontrado muerto a su tío, que vive al lado de su casa, cuando fue a ver cuál era la causa del fétido olor que salía de esa vivienda y entró porque la puerta estaba abierta. Maximiliano Roldán Crespillo se contactó con la Policía alrededor de las 16 del domingo y por la noche quedó preso, igual que su pareja Yanet Nuñez, sospechados de tener alguna vinculación con un homicidio: todo indica que Carlos Guillermo Crespillo (79) fue estrangulado con un cinturón que hallaron enrollado en su cuello, con la hebilla hacia atrás, indicaron fuentes judiciales. El sobrino y su esposa quedaron detenidos luego de que los médicos estimaran que el jubilado había perdido la vida entre 48 y 72 horas antes de que fuera encontrado en estado de putrefacción, y la pareja se contradijera sobre lo que habían hecho en ese tiempo, además de negar que hubieran escuchado algún ruido o haber visto algún movimiento extraño en la casa de su pariente situada en el 615 Este de la calle Oro, en Chimbas, precisaron.
Otra situación que también llevó a los pesquisas a sospechar del sobrino fue la situación económica no muy favorable que atraviesa para mantener a su familia (tiene 3 hijos). En contraposición con su tío, que tenía una jubilación y, además, obtenía otros ingresos por la venta de unos lotes, aseguraron.
El caso es investigado por el fiscal coordinador, Iván Grassi, con los ayudantes fiscales Victoria Martín, Maximiliano Gerarduzzi, Pablo Orellano y Fabricio Poblete y los policías de Delitos Especiales dirigidos por el comisario mayor Ángel González.
Según trascendió, la última vez que un vecino vio con vida al jubilado fue el viernes alrededor del mediodía, cuando salió hasta un kiosco a la vuelta de su casa a comprar pan para el almuerzo.
Los investigadores sospechan que, al volver, pudo ser atacado. Al inspeccionar la escena del crimen, se toparon con el marco de madera de la puerta roto y algunas astillas en el piso. También con claras marcas de que el dueño de casa había sido arrastrado desde el comedor hasta el dormitorio. Y que tenía un cinto aprisionando su cuello.
En la casa no había signos de que hubieran revuelto en busca de dinero, porque todo parecía en su lugar. El televisor y otros aparatos, que suelen ser robados, no habían sido tocados. Pero no encontraron plata y por eso no descartan que la víctima hubiera tenido alguna suma ahorrada que su victimario pudo sustraer.
Otro dato bajo la lupa es la relación entre tío y sobrino que, al parecer, no era muy buena.
Carlos Crespillo fue descripto por sus vecinos y más cercanos como alguien que vivía solo, sin contacto con nadie porque era muy reservado.
En las próximas horas, Fiscalía deberá decidir si imputa o no el delito de homicidio a la pareja sospechosa.