Una interna del Penal de Chimbas que acusó a tres presos por haberla violado para cobrarse una supuesta deuda de su hermano, fue condenada ayer por el juez Juan Carlos Peluc Noguera (Sala II, Cámara Penal) por los daños agravados que causó cuando, con otras internas, rompió vidrios y quemó banquetas, mesones, frazadas y colchones, en protesta porque a una compañera de pabellón no le permitían salir de la cárcel para ir a ver a su hijo que había sufrido un accidente, dijeron fuentes judiciales.

La mujer, de 32 años identificada por sus siglas al ser una víctima de abuso sexual (C.V.C.), tiene varias causas abiertas y algunas condenas. La última que le impusieron fue la que ella misma aceptó recibir luego de acordar un juicio abreviado con la fiscal Leticia Ferrón de Rago a través de su defensor Juan Manuel Vargas.

El 28 de septiembre del año pasado, la interna denunció que en una visita a su hermano, al menos tres sujetos se aprovecharon para someterla sexualmente. Informalmente se habló de una suerte de pago por una deuda de drogas y que no era la primera vez que sucedía. La versión del abuso fue corroborada por un médico y también por los psicólogos, dijeron fuentes judiciales. Ahora, se espera una decisión judicial sobre los sospechosos.

POR DAÑINA

Previo a ese episodio, C.V.C. había quedado en la mira de otra investigación iniciada el 15 de mayo de 2019, cuando una compañera de encierro en el pabellón 2 sector 3, Natividad Vilches, se enteró por televisión, alrededor de las 20,30, que su hijo (entonces de 9 años) había sufrido un accidente. En el acto la mujer comenzó a patear el portón y a reclamar, con apoyo de otras internas, para que la dejaran salir a ver a su hijo.

Lograron calmarla cuando la sacaron hasta la guardia y averiguaron cómo se encontraba el menor. Pero al reintegrarla al pabellón, las otras internas volvieron a alterarla y alrededor de las 23 comenzaron patear el portón, a apilar dos banquetas y los mesones para que los guardias no entraran. Rompieron vidrios, agregaron al menos un colchón y frazadas en esa pila de muebles y con un lampazo prendieron fuego.

Cuando la revuelta fue controlada, la acusada admitió su responsabilidad en el hecho

Fue un momento tenso porque en el lugar habían otras internas con niños que no querían intervenir y debieron refugiarse en un lugar con ventilación.

Cuando la revuelta fue controlada, la acusada firmó un acta en la que admitía haber causado daños en apoyo a su compañera. Y luego ante juez volvió confesar, desligando así a las otras internadas implicadas.