Trágico fue el final de la relación de tres años entre el italiano Rogelio Schiaroli (71) con la caucetera Paola Agüero (55, izquierda). A la derecha, las manchas de sangre del homicida cuando se disparó en su dormitorio. Abajo, la testigo del violento momento y otros familiares.

Ella tenía 55 años, era oriunda de Caucete, madre de cuatro hijos de un primer matrimonio que le significó vivir durante muchos años en el Sur del país, donde se convirtió en comerciante: según sus allegados, vivía del alquiler de cabañas que tenía en la turística zona de El Calafate, en Santa Cruz. Él es italiano, tiene 71 años y hace tiempo que vive en San Juan, donde se dedica al alquiler de camiones para el transporte de mercaderías, precisaron. Los destinos de ambos se cruzaron tiempo atrás y el vínculo se hizo tan fuerte que en un momento decidieron convivir. Pasaron tres años juntos en un departamento del 6to piso en un edificio de Alem al 644 Sur, en Capital, lugar que se convertiría en el sangriento escenario del trágico fin de la relación.

Ayer por la mañana, ella, Paola Fabiana Agüero Torres, llegó con una amiga al departamento para embalar sus cosas pues ya había conseguido alquilar un departamento para mudarse. Esa decisión había tomado por las diferencias irreconciliables que habían llevado a ambos a distanciarse alrededor de un mes atrás, dijeron fuentes policiales.

El homicida disparó desde atrás a su ex, luego se fue a su dormitorio y se dio un tiro en la cabeza.

En ese trámite estaba cuando cerca de las 14, él, Rogelio Héctor Schiaroli Carabante, llegó al lugar, cruzó algunas palabras con su ex y bajó de prisa. Instantes después subió con una caja blanca en la que, se sospecha, guardaba un arma calibre 22 similar a una carabina recortada, indicaron.

La versión con más fuerza ayer fue que el hombre no le dio ninguna chance a su ex y le efectuó un certero disparo que se coló por detrás de su cabeza cuando ella estaba en el comedor.

Según los voceros, ese primer disparo fue escuchado por la amiga de la víctima cuando estaba limpiando la heladera y fue en ese momento que vio al hombre pasar hacia su dormitorio, donde al instante escuchó otro disparo.

Cuando la Policía arribó al lugar encontró a la mujer ya sin vida y a su homicida en muy grave estado porque se había efectuado un disparo que perforó su cráneo apenas por arriba de su oreja derecha, indicaron. Anoche, seguía internado.

Después todo fue conmoción. El lugar se llenó de familiares y conocidos de la víctima, y de policías, como los de Homicidios y Criminalística que actuaron bajo las instrucciones del juez del caso, Guillermo Adárvez, presente también en el lugar.

Todo indica por ahora que se trató de un trágico fin de relación sentimental, y que el trámite judicial se inclinará a sostener la sospecha de homicidio contra Schiaroli, claro está, siempre que sobreviva. Su muerte también significará el archivo del proceo penal.