"Por más años que le den nunca va a sufrir lo que nosotras hemos sufrido por su culpa. Pero sirve para que esté lejos, no lo queremos cerca", dijo ayer en exclusiva a este diario la hija de 24 años del "pastor" evangélico (52) que por la tarde recibió la pena más alta por ahora del sistema acusatorio, 30 años, por violarla a ella y a una hermana que hoy tiene 27, durante años y producir imágenes pornográficas con esos ataques. También por los abusos gravemente ultrajantes y la corrupción sexual de otra hija de 16 años. El ahora condenado admitió esos delitos agravados por el vínculo y la pena en un juicio abreviado acordado por medio de su defensora oficial María Emilia Nielson con los fiscales Claudia Salica y Juan Manuel Gálvez (UFI Cavig). Los jueces Juan Gabriel Meglioli, Gema Guerrero y Matías Parrón, homologaron ese acuerdo y lo condenaron.

 El "pastor", ayer en la audiencia en la que fue condenado.

La chica de 24 años (en adelante, "M") fue una pieza clave para desenmascarar al "pastor" (su iglesia no figura en el Registro Nacional de Culto), pues decidió actuar luego de que su hermana menor le revelara que era abusada por su papá. "Mi impulso fue ella, que no pasara el mismo sufrimiento que yo pasé. La verdad cuesta denunciar a un padre, yo por mí misma no lo hice, lo hice por ella, para cuidarla. Si él fuera un padre que nos hubiese querido nunca nos hubiese tocado", explicó. "A eso no se le puede llamar padre", interrumpió la mayor de todas las hermanas, que no es hija biológica del "pastor". "Nunca me di cuenta de nada. Nos vio la cara de b... a mí y a mi mamá", agregó. Ese 7 de agosto pasado "M" y la menor fueron hasta su casa y ella las acompañó al Cavig. "Me dio mucha bronca, ira. En ese momento lo quería matar", confesó.

"Creo que nunca lo voy a poder superar. Es una marca de por vida, tengo que aprender a vivir con esto. En algún momento, muy a futuro, tal vez pueda perdonarlo, no lo sé, no estoy convencida. Hemos empezado a rehacer nuestras vidas, está costando un poco. Desde que lo detuvieron fueron muchos cambios, todo se dio vuelta. Él a pesar de todo era quien traía la comida a la casa", expresó "M", que encontró trabajo como empleada doméstica. Ayer contó que comenzó a ser abusada a los 8 años con manoseos y, años después, violada. "Cuando era niña inventó una historia donde mencionaba a Dios. De grande era todo manipulación, me decía que no le contara a mi mamá porque ella iba a sufrir e iba a desarmar la familia, y que pensara qué iba a decir la gente", relató. Y afirmó que su madre "está de nuestro lado" y que "está triste y tiene el corazón roto por no haberse dado cuenta antes". "Ella cuidaba a nuestros abuelos y ahí él se aprovechaba. Ella se confiaba en que las dejaba cuidadas, y no era así", explicó la hijastra del "pastor", que es quien mayor bronca demostró: "Lo que ha hecho no tiene perdón, ni de Dios ni de nadie. A la cárcel nunca lo fuimos a ver ni vamos a ir, sería el colmo ir a visitar a un violador". "Fueron muchos años, yo ya me había acostumbrado, los abusos eran algo común en mi vida. Ahora me doy cuenta que estaba mal. Denuncien, no tengan miedo", concluyó "M".