La casa de los Guardia Sosa desentona del resto. Primero porque por estas horas está vallada y con una guardia policial a pocos metros. Pero también porque luce mucho más linda que el resto de las humildes casas de la Villa del Sur.

Con el frente revestido con piedras, amplia y un firme portón de acceso hace años que en ese lugar funciona un kiosco.  El grupo familiar está compuesto por entre 4 y 6 personas, pero los cercanos dicen que siempre hay más gente. “Son de temer” se animó a deslizar una vecina, sin dar detalles mientras otros no dudaron en señalar que allí se vende droga que llega desde Mendoza.

“Era una casa que se caía a pedazos y mire ahora como está”, afirmó un niño de no más de 6 años por  razonamiento propio o tal vez influenciado por los dichos del resto.

Lo “ostentoso” de la vivienda ayer quedó reducido a destrozos. Es que después de la muerte de Matías Emiliano Maurín sus conocidos llegaron al domicilio del presunto asesino y destruyeron lo que encontraron a su paso.

No quedó un vidrio entero, saquearon el interior y hasta dejaron una moto de gran cilindrada  en medio del pasillo que da al fondo. En el frente quedaron rastros de las piedras y palos utilizados para destruir todo.

Adentro no hay nadie, es que ayer después de los disturbios la familia se fue y el presunto autor del disparo es intensamente buscado por la policía.