"Yo nunca tuve necesidad de robar porque tenía plata, tampoco tenía la necesidad de matar a alguien que no me hizo daño. Quiero que todo esto termine, estoy muy arrepentido, ya le pedí perdón al señor Guerra (padre de la víctima) porque cometí el gran error de estar ahí y ayudarle a Alexis Montaña. Él le dio una puñalada en el cogote y se encarnizó, lo llenó de puntazos. Alexis me había dicho que Guerra había manoseado a dos hermanos de él". Con las manos apoyadas en sus muslos, tranquilo, Axel Tobías Joel Zárate Quiroga (21) habló por primera vez sobre su vinculación a un hecho que lo tiene preso desde el 16 de octubre de 2020: el homicidio de Alejandro Guerra, un joven de 31 años con retraso madurativo y problemas psiquiátricos, asesinado de unos 15 puntazos la madrugada del 15 de octubre de aquel año, durante una juntada con Zárate y Montaña, quien era menor (ahora tiene 18 años) al momento del homicidio y era hijastro de un hermano de la víctima.

Con la versión que intentó instalar ayer ante los jueces Silvina Rosso de Balanza, Maximiliano Blejman y Juan Bautista Bueno (Sala II, Cámara Penal), el imputado buscó desligarse de una acusación que le puede acarrear perpetua: el robo de la moto de Guerra, agravado por el uso de un arma (el cuchillo), y homicidio criminis causa, aquel cometido para asegurarse el resultado de otro delito y salir impune, pues la víctima conocía a ambos imputados.

¿Qué más dijo Zárate Quiroga? en trazos generales, que dinero no necesitaba porque tenía un kiosco de venta de bebidas y cigarrillos y que, además, trabajaba escardillando la tierra. Que días antes del crimen se había peleado con el otro imputado y le había bajado un diente de una piña. Que de todos modos se amigó con él y la noche en que ocurrió el crimen, Montaña y la víctima fueron a buscarlo para ir a beber, propuesta que aceptó cuando le mostraron pastillas, porque él es adicto a las drogas.

Que en la moto de la víctima se fueron a la casa de la madre de Montaña en un barrio de Las Chacritas, en 9 de Julio, donde bebieron hasta que en un momento los otros dos se agarraron a trompadas, pero pararon cuando él intervino, diciéndoles que se iría. Que unos 40 minutos o una hora después, cuando estaban sentados los tres, Montaña sacó de un mueble un cuchillo, le dio una puñalada en el cuello y cuando estaban en el piso "llenó a puntazos" a Guerra. Que él se quedó quieto y tuvo miedo, porque pensó que podía hacerle algo a él o a una hermanita. Y que cuando le preguntó "por qué lo mataste", el otro le dijo "lo matamos", involucrándolo. Que luego estuvieron con el cuerpo unos 30 minutos, hasta que lo sacaron por la misma ventana que entraron y lo arrastraron hasta un campo.

También reveló que luego del crimen fueron hasta la casa del padre de Guerra, porque Alexis tenía la intención de contarle todo pero que al parecer no le contó nada. Y que luego partieron en la misma moto de la víctima hacia Caucete, donde Montaña la vendió a "Mou", un sujeto que él conocía.

Dijo que fue un error haberle ido a cobrar "una moneda" a "Mou" porque él no había hecho el negocio. Y que le contó todos estos y otros detalles a los policías, cuando se entregó al otro día.

Luego de dar su versión, el tribunal y el propio fiscal del caso Daniel Galvani (Viviana Belén es abogada de la familia de la víctima), le hicieron notar algunas contradicciones con otros testigos, como su propia madre, el sujeto que compró la moto (dijo que con él pactó la venta) o el vecino que aseguró que a él le contaron cómo pasó todo. Y algo mucho más comprometedor, el hecho de que el cuchillo usado en el crimen fuera encontrado en su dormitorio.

Hoy, Fiscalía, Parte Querellante y los defensores César Jofré y Claudio Rodríguez, concretarán sus alegatos y es posible que los jueces den a conocer su decisión final.