Por unanimidad, los jueces Verónica Chicón, Alberto Caballero y Andrés Abelín Cottonaro absolvieron a un joven de 24 años que estaba acusado de haber violado a una partiente menor de edad, con quien tuvo un hijo.

La resolución favorable para R.L.O. fue a tono con lo que pidió la defensora Carla Manini y desacreditando la teoría del fiscal Duilio Ejarque (UFI Anivi), que había solicitado que al imputado se lo condenara a 20 años de cárcel por el delito de abuso sexual con acceso carnal y abuso sexual con acceso carnal (reiterado) agravado por la situación de convivencia.

La menor tiene 16 años. Denunció que los abusos sucedieron cuando tenía 15, durante más de cinco meses y de forma reiterada. Para Fiscalía el primer hecho había ocurrido cuando la menor viajó en febrero de 2021 junto a su padre a Mendoza, de donde es oriundo R.L.O. El padre se hospedó en la casa de un hermano, mientras que la adolescente se quedó en lo de una prima, madre del acusado. Hay que aclarar que el muchacho no vivía en ese lugar, sino en la vivienda de su padre, en Luján de Cuyo.

La acusación decía que a mediados de ese febrero el joven invitó a la menor y a otras primas y sobrinas a ir a su casa a pasar el día en la pileta. Estando en el hogar de R.L.O., mientras los invitados conversaban en la pileta y tomaban mate después de haber almorzado, el joven llevó a la adolescente a su habitación con la excusa de que le mostraría algo en su computadora. Según la denuncia, en ese momento cerró la puerta, la tomó por detrás, le tapó la boca, la tiró a un catre y la accedió por la vagina, para luego amenazarla con matar a su padre si decía algo.

Con posterioridad, al regresar la niña a San Juan no comentó nada. Mientras que R.L.O. se comunicó por teléfono con el padre de ella para expresarle su deseo de establecerse en San Juan para buscar trabajo. Es así que aproximadamente a fines de marzo o principios de abril de ese 2021, el muchacho viajó a nuestra provincia, hospedándose en la casa donde vive la menor, en Pocito, durmiendo en la misma habitación que ella.

Según la acusación, a los pocos días de haber estado conviviendo, una madrugada el acusado la despertó, le dijo que no hiciera ruido, la hizo sentar en la cama y le bajó los pantalones, procediendo otra vez a accederla carnalmente. A partir de ese hecho comenzó a abusar sexualmente de ella de la misma forma casi todas las noches, aproximadamente durante los cinco meses en que estuvo R.L.O. hospedándose en esa casa.

El tribula compuesto por los jueces Verónica Chicón, Alberto Caballero y Andrés Abelín Cottonaro.

Siempre según la denuncia, a los pocos meses de estar sufriendo los abusos en su domicilio, la adolescente comenzó a sentirse rara (sus pechos crecían y sentía mucho dolor en el estómago), por lo que a escondidas de todos se realizó un análisis, confirmando que estaba embarazada. Teniendo casi 3 meses de embarazo, le contó a sus padres, sin decirles de quién era, ya que supuestamente estaba amenazada por R.L.O. Sin embargo, posteriormente, en una discusión el propio muchacho reconoció a los padres que él era el papá del hijo que estaba esperando.

La adolescente denunció que estando embarazada el acusado continuó abusando de ella. La niña dijo que sentía ganas de pedir auxilio, pero tenía miedo porque el acusado tenía un cuchillo debajo de la almohada.

Con posterioridad, R.L.O. convenció al padre de la menor de que lo mejor era que tuviera el hijo donde nadie la conociera, que sería mejor que se fuera a Mendoza y se hospedara con una prima hasta el nacimiento. El hombre accedió, viajando la niña con el acusado, pero ella nunca se alojó con la prima, sino que fue a la casa de R.L.O., donde dijo que continuaron las violaciones. También dijo que bajo amenaza manipulaba su voluntad y libertad, y que le tenía el celular y era quien se quedaba con el dinero que el padre le enviaba para sus gastos.

Siguiendo con la versión de Fiscalía, tras dar a luz el 1 de diciembre de 2021, en un descuido del muchacho en el que ella pudo obtener su celular, le llamó a sus padres y les dijo que quería regresar. El joven se enteró de ese llamado y le dijo que regresarían juntos con su hijo, pero que no tenía que decir nada de lo sucedido sino se llevaría a su bebé. Es así que estando en San Juan, la niña ya no dormía en la habitación con él, sino con su madre. El acusado se fue Mendoza a mediados de enero de este año, pudiendo recién la menor contar a su madre todo los abusos que había sufrido.

Según Fiscalía, por el desprecio del acusado hacia la menor, ella no se realizó los correspondientes controles de embarazo, teniendo como consecuencia un nacimiento prematuro con serias complicaciones en la salud del recién nacido, como ser en la visión, en el oído y presentando una encefalía moderada

La denuncia fue radicada en la UFI Anivi el 25 de marzo por la madre de la menor. Antes del hecho la adolescente estaba trabajando en terapia aspectos vinculados a su identidad de género, ya que se autopercibe como hombre. En las entrevistas psicológicas expresó su intención de hacer el tratamiento de hormonización a fin de poder iniciar la transición física para luego avanzar con los tramites legales de cambio de género, indicaron fuentes judiciales.

R.L.O. permaneció aproximadamente 7 meses detenido, hasta que en el juicio la defensa pudo probar su inocencia y fue absuelto y liberado.

La abogada Carla Manini

Según la abogada Carla Manini, durante el debate declararon varios testigos, algunos de Mendoza, que dieron cuenta que se trataba de una relación "totalmente consentida" y "normal". Además, la letrada planteó en el juicio que la menor padece disforia de género y que los peritos de Anivi confundieron los indicadores de esa condición con los que tienen las víctimas de delitos contra la integridad sexual.

Según una página especializada, disforia de género es el término para una profunda sensación de incomodidad y aflicción que puede ocurrir cuando su sexo biológico no coincide con su identidad de género.

Además de absolverlo, los jueces solicitaron la inmediata intervención al Juzgado de Familia en turno a fin de que se aboque al régimen de comunicación parental, teniendo en cuenta que el joven lleva aproximadamente un año sin ver a su hijo.