Esta mañana comenzó el juicio por uno de los crímenes más resonantes ocurridos en la provincia en los últimos años. Se trata del asesinato de Alfredo Turcumán, ultimado de un puntazo.

Claudia Moya, su esposa en ese momento, es la única imputado por la muerte. Antes de ingresar a la sala, la mujer se mostró llorando y entre lágrimas aseguró a los medios que Turcumán la golpeaba. De todas maneras, eligió no explayarse en el asunto y se limitó a expresar que hablará cuando finalice el juicio en su contra.

El tribunal de la Sala Tercera de la Cámara Penal, integrado por Eugenio Barbera, Maximiliano Blejman y Ernesto Kerman será el encargado de juzgar a Moya por el delito de “homicidio agravado por el vínculo”. Posteriormente habrá una inspección ocular en la vivienda ubicada sobre calle Abraham Tapia, de Trinidad, lugar en el que ocurrió el asesinato. 

El caso

Todo ocurrió la noche del 13 de junio de 2017, cuando el hombre fue herido en el corazón. Fue la misma Moya quien se encargó de llevarlo hasta el Hospital Rawson y allí les dijo a los policías que se había clavado el cuchillo en el pecho por accidente, cuando intentaba arreglar el picaporte de una puerta en su casa.

Sin embargo su versión resultó dudosa para la familia del joven, quienes dijeron que en otras ocasiones ella lo había golpeado y él la denunció por agredirlo. 

Las investigaciones determinaron que había otros elementos que la complicaban como posible autora del cuchillazo. Turcumán agonizó durante 9 días hasta que finalmente falleció.