Julieta Silva, la mujer mendocina que en 2017 fue condenada por atropellar y matar a su pareja, el rugbier Genaro Fortunato, volvió a ser noticia este jueves: fue imputada por ejercer violencia contra su actual esposo y quedó detenida con prisión domiciliaria.
Según informó el Ministerio Público Fiscal de Mendoza, la nueva denuncia fue presentada por el marido de Silva, con quien tiene una hija de un año. El hombre acusó a Silva de haberlo agredido físicamente en el marco de una discusión en el domicilio que comparten.
Tras la denuncia, la Policía constató en el cuerpo del hombre lesiones compatibles con lo denunciado —una escoriación y una tumefacción— y se dispuso una medida de restricción de acercamiento. Además, Silva fue imputada por el delito de lesiones agravadas por el vínculo y continuará bajo vigilancia electrónica con tobillera mientras se sustancia la causa.
El Ministerio también informó que Silva radicó a su vez una denuncia en la Unidad Fiscal de Violencia de Género, que será incorporada al expediente para su análisis.
Un antecedente trágico
El nombre de Julieta Silva se hizo conocido en todo el país en septiembre de 2017, cuando atropelló y mató a su novio, Genaro Fortunato, a la salida del boliche “La Mona Bar” en la ciudad de San Rafael.
Según la reconstrucción judicial, la pareja había discutido dentro del local y, al retirarse, el joven intentó frenar la huida de Silva colgándose de la ventanilla del auto. Ella giró en “U”, lo embistió y lo mató en el acto. La autopsia reveló que Fortunato, de 25 años, falleció por aplastamiento de cráneo.
Silva fue condenada a 3 años y 9 meses de prisión efectiva por el delito de homicidio culposo agravado, y a 8 años de inhabilitación para conducir. La querella había solicitado una pena de 14 años al considerar que se trató de un hecho intencional, pero el tribunal lo encuadró como un accidente.
Ahora, casi ocho años después, Silva vuelve a enfrentar a la Justicia, esta vez por un caso de violencia intrafamiliar.

