El 14 de mayo, el Partido Bloquista puso 18 candidatos a intendente en 15 departamentos y consiguió 20.569 votos, un número que resultó escuálido, sobre todo, bajo la mirada de su socio, el PJ. Una cifra que, encima, se redujo el 2 de julio en la elección de gobernador y vice, al igual que resto de la subagrupación Vamos San Juan, que llevó de candidato a Rubén Uñac. Pese a ello, su presidente, Luis Rueda, que tiene su mandato prorrogado hasta abril, tiró señales para continuar con el mando de la fuerza política. Si bien evitó una definición categórica, lanzó frases como "quienes están en la conducción, me piden que siga al frente", "si los afiliados consideran que tengo que continuar y si está la mayoría, lo haré". Después de 18 años, el bloquismo sale del abrigo del poder y vuelve al llano, luego de la sociedad que forjó con el peronismo gobernante. Una línea rival, aliada a Juntos por el Cambio, salió fortalecida por el triunfo de Marcelo Orrego y, si bien hay dirigentes que, por lo bajo, ya hablan de recuperar el partido, en la cúpula eluden definiciones concretas, sumado a que, por ahora, no asoma una figura que encarne esa aspiración.

Rueda fue electo diputado proporcional y presidirá la bancada bloquista, que integrarán el zondino Miguel Atampiz y el iglesiano Gustavo Deguer. El partido retuvo las intendencias de Zonda (con Juan José Atampiz) e Iglesia (con Jorge Espejo) y Carlos Maza perdió la de Angaco. A su vez, Graciela Caselles dejará su banca de diputada nacional el 10 de diciembre, pero el bloquismo conservó su segundo lugar titular (con Melisa Naveda) en la lista que competirá en las PASO del 13 de agosto.

Dentro de sus filas, Rueda no parece que tenga problemas. En cuanto a los dirigentes que tienen peso territorial, Atampiz, que si bien será legislador, estará concentrado en la gestión de su hermano en Zonda y Espejo señaló que se focalizará en las exigencias de su segundo gobierno. Por su parte, Caselles, que fue la predecesora en la conducción bloquista, dijo que la presidencia "es una etapa cumplida". Sí la aún diputada nacional manifestó que tiene que haber una "convocatoria amplia" y que no tendría problemas en plantear una especie de "amnistía" para los dirigentes que fueron expulsados.

Entre ellos están Enrique Conti, César Aguilar, Juan Domingo Bravo, Franco Marchese y Anselmo Aballay. En ese marco, Rueda indicó que "no sé qué establece la Carta Orgánica, pero pueden volver cuando quieran. No tengo problema en hablar en el Comité y plantear que van a participar activamente en las charlas". No obstante, resaltó que "si te sumas a un partido, tenés que respetar la decisión de la mayoría". La mención apuntó a que la fuerza definió ir en el frente con el PJ, mientras que esos dirigentes se alinearon con JxC, por lo que el reglamento partidario contempla la expulsión para todos aquellos que no acaten lo que se indica orgánicamente.

Desde el bloquismo disidente hablan de trabajar en los comités para regresar a la fuerza política, pero no será fácil, ya que el sector de Rueda armó una estructura y ubicó su gente en órganos clave. Conti, aún dolido, dijo que "fuimos echados como los perros. En calidad de qué voy a ir al partido". Además, indicó que, sin dar nombres, "me han llamado muchos para que vuelva. Si así lo creen, les digo que lo charlen, que reconozcan que se han equivocado y ahí charlamos. Uno tiene amor propio". Por su parte, Aguilar manifestó que no están trabajando en una alternativa opositora en el bloquismo, pero que "no quiere decir que, en algún momento, podamos conversar con todos los correligionarios y tratar de recuperar el partido".

El grupo de Aguilar viene trabajando con la intendenta electa de Capital, Susana Laciar, con expectativas de entrar en la gestión.