El sumario administrativo contra el decano de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Rodolfo Bloch, llegó a la conclusión de que, con las pruebas aportadas, quedó acreditado que acosó sexual y laboralmente a una empleada, además de que ejerció, por sí mismo y a través de otra persona, intimidaciones contra la denunciante. Frente a ese escenario, la instructora solicitó una durísima e histórica sanción: la separación definitiva de su cargo como titular de la unidad académica. En la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ) no hay antecedentes de semejante solicitud de castigo y fuentes universitarias no registraban casos a nivel nacional.

El hecho representa un escándalo, aunque aún falta para que termine. Según las fuentes, Bloch ahora tiene la oportunidad de defenderse y presentar pruebas de descargo y cabe posibilidad que la instructora sumariante revea su postura. Sin embargo, de acuerdo a los antecedentes, aunque no en un caso de acoso sexual y laboral, son casi nulas las chances que haya una marcha atrás. Si se mantuviese la formulación de cargos (la imputación), el informe final es elevado al rector Tadeo Berenguer para que lo remita a la Dirección Generales de Asuntos Legales, la que debe emitir un dictamen que, a su vez, es mandado al Consejo Superior de la UNSJ. Dicho organismo debe proponer tal sanción a la Asamblea Universitaria, el máximo órgano universitario, el cual se integra por el rector y la vice, los decanos, los miembros del Superior y de los Consejos Directivos de las facultades, para tomar la decisión final. Si hubiese sido un planteo de suspensión de hasta 30 días, la definición había quedado en manos del Consejo Superior, según el estatuto universitario.

El informe salió a principios de febrero, pero trascendió a fines de la semana pasada en la UNSJ. Inclusive, hoy llegará a la provincia la reconocida investigadora del Conicet y militante feminista, Dora Barrancos, quien dará a las 10.30 un conversatorio sobre "Mujeres y Derechos en América Latina: una saga desde el siglo XX" en los jardines de la Facultad de Exactas, que conduce Bloch. De hecho, según trascendió, el propio decano cursó la invitación y estaba dispuesto a participar, aunque, finalmente, desistió de hacerlo, indicaron las fuentes.

El caso estalló en junio del año pasado, pero la mujer puso la denuncia en la Oficina por la Igualdad de Género, contra las Violencias y la Discriminación de la UNSJ el 28 de marzo de ese año. De acuerdo a lo que expuso, la denunciante le pidió a Bloch acceder a un cargo de gestión en su gabinete y este le solicitó, a cambio, mantener relaciones sexuales. La empleada exhibió como pruebas mensajes de Whatsapp con connotaciones sexuales, mientras que la sumariante recabó testimonios de personas que escucharon de boca de la mujer el planteo del decano, relatos que fueron concordantes con el momento en que se hizo la denuncia. Además, la instructora evaluó los informes de profesionales, como psicólogos, hechos a la denunciante, los que revelaron la problemática que atravesó tras la conducta de Bloch. Esos elementos de prueba llevaron a la sumariante a tener "la convicción y la certeza de la existencia del acoso sexual", detallaron las fuentes.

Tras la negativa de la mujer al pedido de mantener relaciones sexuales, denunció que le quitaron tareas. La instructora confirmó, a través de la Dirección de Centro de Cómputos, que la empleada recibió del Decanato y la Secretaría Académica un total de 94 expedientes para su tramitación desde agosto a diciembre de 2022. En cambio, en febrero y marzo de 2023 sólo ingresó uno a la órbita de trabajo de la mujer. En ese último período fue cuando se desencadenó el acoso sexual y la acusación.

Además, una exsecretaria Académica de Exactas reconoció que, tras la denuncia, se juntó con la empleada en un café de Rivadavia y le sugirió que hablara con Bloch. La instructora consideró que tal declaración corroboró los dichos de la empleada, quien manifestó que la exfuncionaria le solicitó que retirara la denuncia a cambio de un puesto y dinero. También hubo testigos que, tras la acusación, vieron que el decano citó a su oficina a la mujer, la que salió alterada de la reunión. Ambos casos, para la sumariante, confirman la intimidación contra la denunciante.

Argumento de la sanción y descargo

Según trascendió, a la hora de graduar el pedido de sanción, la sumariante tuvo en cuenta la condición de decano de Exactas de Rodolfo Bloch, lo que lo obliga a cumplir estrictamente el Protocolo de actuación ante situaciones de discriminación, violencia a la identidad de Género y contra las mujeres, el cual aprobó la UNSJ en 2016. Además, entendió que dicha función "impone el cumplimiento de estándares de conductas ejemplares".

Por otro lado, Bloch le había dicho a este medio que "los hechos que se me imputan no han existido nunca. Es una denuncia falsa". Además, había indicado que "el sumario es clave para probar la mendacidad de las acusaciones", dado que "nunca he tenido una mancha en mi desempeño. Gozo de un amplio reconocimiento de persona cabal y honesta". Por eso, había expresado que la denuncia "es un hecho intencional para hacerme daño personalmente y como referente de la política universitaria. Tiene toda la impronta de una operación. Independientemente del resultado del sumario, que no tengo dudas cuál va a ser, la denuncia en sí ya provoca una mancha. Ha constituido sobre mi persona un virtual escrache en los medios".