Técnicamente, la caída de cabello no está incluida en el listado de afecciones posteriores al Covid-19 que elaboró el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) estadounidense, que engloba a la fatiga, el dolor de cabeza y la pérdida del gusto o el olfato, entre otras secuelas. Pero en el último tiempo, médicos de cabecera, dermatólogos y endocrinólogos comenzaron a recibir numerosas consultas de caída de pelo post Covid.

Y es que, según explica la Asociación Americana de Dermatología (AAD), es común que haya pérdida temporaria de cabello luego de haber tenido fiebre, uno de los principales síntomas del coronavirus. Esto suele desencadenarse unos meses después de haberse enfermado y, si no hay otro problema relacionado, suele recuperarse solo.

Según la AAD, el nombre médico de este tipo de caída del cabello es efluvio telógeno y ocurre cuando más pelos de lo normal entran en la fase de desprendimiento del ciclo de vida del crecimiento del cabello al mismo tiempo (en un proceso que suele ser asincrónico). La fiebre puede obligar a que más cabellos entren en la fase de caída. Si bien muchas personas piensan que están perdiendo definitivamente el pelo, en realidad solo se está cayendo momentáneamente todo junto.

“La caída de cabello es un fenómeno común en cualquier enfermedad que tenga fiebre, como es el caso del Covid. Es una caída que se ve tres o cuatro meses después del pico febril y es reversible: no importa la cantidad que se pierda, se recupera”, explica Graciela Ferraro, médica dermatóloga y Presidente de la Asociación Argentina de Dermatología.

Para la especialista, el cabello también responde con caída siempre que medie un estrés importante, como lo pueden ser una alteración emocional, el parto, cualquier operación quirúrgica y, por qué no, la pandemia.

En estos casos, antes de indicar cualquier medicación, corresponde realizar una tricoscopía, que es el estudio del cuero cabelludo con lupa. 

Dependiendo de eso, las posibles soluciones son estimular el crecimiento, frenar la caída o prevenir que avance. Para ello se pueden usar desde lociones y shampoos hasta medicación por vía oral y microinyecciones en cuero cabelludo.

Fuente: La Nación