La muerte de su papá atravesó su vida. Hace dos años, cuando falleció, su vida pareció derrumbarse, pero ese mismo día la vida le dio revancha cuando nació su sobrina. La vida y la muerte expresada en un mismo día. Del dolor infinito a la sonrisa por cobijar en los brazos a una beba, Guillermina.

Abril lleva a su papá en la piel, en un tatuaje que tiene en uno de sus brazos, “es en homenaje a él”, dijo la chimbera que vive en el Barrio Los Tamarindos con su mamá y la familia se completa con 3 hermanas, dos de ellas que viven en el Sur del país.

Esta morocha tiene 26 años, es odontóloga y está de novia hace un año: “Me apoya en todo, es un excelente compañero”. Cada frase que sale de su boca tiene un “gracias”, es que sabe que todo Chimbas estuvo detrás suyo y eso, ahora, es una responsabilidad mayúscula.

No todo es color de rosas por estas horas, tiene cierta angustia atada a cómo va a seguir su vida, en lo sociales y, principalmente, en lo profesional. A pesar de su juventud, por ahora no le atraen mucho las redes sociales y dice que se armó una cuenta de Facebook sólo porque sabía de la importancia de posicionarse de cara a la elección.