Aislada en un hotel, Tania Bellido (32 años) se encuentra muy angustiada  porque su padre Víctor (84) está internado en terapia intensiva del Hospital Guillermo Rawson luchando contra el coronavirus. Y ella, junto a su hermana Alejandra (38), tienen solamente un escueto reporte sobre la salud de Victor cerca del mediodía cada jornada.

”N o dicen más nada” , reprodujo la mujer que vive bajo el mismo techo con su padre y hermana en una prolongación del Barrio Huarpes, en Caucete, y que no se explica cómo sucedió que de los 3, solamente su padre es quien se contagió de COVID-19.

Tania describió que hace dos semanas Víctor comenzó con complicaciones respiratorias y el pasado jueves 13 de agosto, una médica de PAMI fue hasta la casa y diagnosticó bronquitis, una enfermedad que ya afectó al adulto mayor a principios de este año y también el año pasado. El último miércoles, como no mejoraba, Víctor fue derivado al Hospital de Caucete y comenzó el vértigo. Antes de la medianoche, ya estaba internado en terapia intensiva del Hospital Rawson, con el resultado positivo del test de coronavirus.

Mi papá hasta el miércoles no tenía fiebre. Sólo una tos con flema, como en enero. Por eso nosotras no sospechábamos que fuera un caso positivo. Sé que mi papá tiene ganas de vivir, pero hay que ayudarlo”, indicó Tania.

Delicado. Victor está internado desde el miércoles pasado en el Hospital Rawson y está asisitido con un respirador artificial actualmente.

“Una vez que nos aíslan, junto con las familias de los otros casos positivos, nos hisoparon esa misma madrugada. A algunos le dieron el resultado el mismo jueves por la tarde. A nosotras recién hoy día nos dijeron que dimos resultado negativo”, indicó Tania, que agregó que también debe cuidarse ya que tiene las defensas muy bajas. Entonces, además de no entender porqué su padre se contagió y ellas no, añadió que todos estos días de incertidumbre han sido una tortura.

No nos preguntan nada como estamos nosotras. Respecto a mi padre, no son alentadores los pronósticos que nos dan por la edad que tiene y porque ya está entubado. Y todo este manejo psicológico se manifiesta en el cuerpo. Me estoy quedando sin voz por el estrés”, relató la mujer que es Técnica en Higiene y Seguridad.

Por eso, reiteró que entre la escasa información y el hecho que su padre no recibirá más de dos unidades de plasma, la angustia no se disipa: “La última vez que nos informaron de la salud de nuestro padre antes de hoy, fue el sábado al mediodía. Nos llaman de un teléfono fijo, que nunca responden cuando hemos intentado saber algo de él en esas cuarenta y ocho horas. Seguimos aisladas en la habitación de un hotel con mi hermana y no sabemos si ya nos podemos ir. El test que nos hicieron a las dos dio negativo, pero no repitieron con una PCR para descartar definitivamente que estemos contagiadas”.

“Si no insistimos preguntando, no nos informan. Yo se que es una situación que puede sobrepasar en algún momento. Pero supuestamente se prepararon desde marzo para este momento”, concluyó.