Dijo que asistir todos los días a su trabajo es su responsabilidad y que por eso le da vergüenza que lo reconozcan. Sin embargo, admitió que sabe que es poca la gente que trabaja tantos años en un mismo lugar y tiene asistencia perfecta.

Él es Marcelo Aciar, un hombre de 49 años que cumplió 25 como operario de la empresa Taranto y que nunca faltó a su empleo. ‘Tengo una salud privilegiada y nunca tuve ningún problema como para faltar‘, dijo el hombre, que aseguró que desde chico fue muy responsable. 

Ama su trabajo y está seguro que el buen trato que tiene con sus compañeros y los superiores de la empresa es lo que lo llevó a no tener razones para faltar. ‘Que me reconozcan es una satisfacción muy grande.

Cuando cumplí los 10 años como trabajador y por mi asistencia me regalaron un viaje a Bariloche con toda mi familia. Son cosas que uno no se espera, también me regalaron un viaje a Cataratas. Esos premios hacen que uno también se sienta cómodo con su empleo‘, dijo. 

Marcelo nació en Rodeo. Hizo la escuela primaria y la secundaria ahí y cuando cumplió los 18 se fue a la Ciudad a probar suerte y a buscar un trabajo estable. Es que desde chico le gusto trabajar. De hecho contó que hasta los 25 años, que es cuando comenzó a trabajar en Taranto hizo muchos tareas.

‘Cuando salí de Rodeo estuve en muchos trabajos. Hasta trabajé en La Rioja, pero después me vine‘, dijo el hombre que es casado y tiene dos hijos de 20 y 22 años. Antes trabajó en la agricultura, en una empresa constructora y hasta de canillita en el barrio Del Bono. 

En sus 25 años pasó por varios puestos de trabajo. Arrancó como operario y luego fue escalando. Actualmente es coordinador de Producción y tiene a cargo a varios trabajadores, con los que aseguró tiene una excelente relación.

MARCELO ACIAR - Trabajador de Taranto

“Siempre le inculco a mis hijos que la responsabilidad es un valor muy importante”

Es que dijo que le gusta mucho enseñar a la gente nueva, ser solidario y dar consejos a los más novatos. En el área donde Marcelo se desempeña realizan el corte de cascos para los retenes. 

‘Siempre recuerdo que antes, cuando yo empecé era todo muy manual. Hacíamos todo casi artesanalmente, pero con el paso del tiempo todo se fue automatizando.

Para que se den una idea, antes hacíamos 2.000 piezas por día, pero luego con el uso de las máquinas llegamos a hacer 2.000 por hora‘, dijo y contó que además de cambios en los procesos productivos vio pasar mucha gente por los distintos puestos en los que estuvo dentro de Taranto.

Actualmente Marcelo vive en Chimbas y se moviliza a todos lados en bicicleta. Hasta hace unas semanas estuvo trabajando en la planta que la empresa tiene en la Ciudad y ahora fue trasladado a la de 9 de Julio. ‘Andaré más kilómetros en bici o buscaré en qué venir, nada debe impedirme trabajar‘, dijo y recordó que cuando dejó la solicitud para entrara a Taranto fue en la bicicleta en la que repartía diarios en las mañanas.