Sonia  encontró a Daniel un día de casualidad. La mujer afirma  que fue  la mirada “transparente” del joven  y sus condiciones de extrema pobreza lo que la llevó a averiguar más sobre él.

Daniel Corzo vive desde hace tiempo debajo de un árbol en inmediaciones de Alem y Catamarca, en Capital, con sólo un par de nylons  y varios colchones viejos.  Fuera de la “piecita” tiene una mesa en la que pasa la mayor parte del tiempo.  Según el testimonio de algunos vecinos, sus padres lo expulsaron del hogar por sus problemas con el alcohol.

“Tiene un problema con la bebida, pero no tiene inconvenientes con los vecinos. Con las últimas lluvias la pasó muy mal”, contó la mujer que hizo público el caso.

Daniel ofrece alguna  "changuita" por comida, pero necesita ser tratado por su adicción.