Nació hace 20 años por iniciativa de un grupo de gauchos devotos de una mujer a la que le atribuyen milagros. Y se hizo a pulmón por el solo hecho de rendir honor a esta difunta, cuyo oratorio se encuentra en medio del desierto y sin comodidades. Hasta ahora. Se trata de la Cabalgata de Fe a la Difunta Teresa, en Angaco, que con los años fue adquiriendo popularidad y apoyo oficial. Este año, celebrará su aniversario con la inauguración de obras en el paraje que buscan brindar un mejor servicio a los participantes, con miras a fomentar el turismo interno en el departamento. Este actividad tradicionalista se realizará desde el 13 hasta el 15 de agosto.

Oratorio. El municipio de Angaco construyó otro oratorio en honor a la Difunta Teresa, al lado del cual se instalará la nueva imagen de la difunta.

Con el tiempo, los integrantes de la Agrupación Gaucha Difunta Teresa, organizadora de esta cabalgata, fueron realizando algunas obras mínimas en el paraje para recibir a los jinetes, como fueron algunas enramadas para cubrirse un poco del Sol y un par de baños. Pero este año se redobla la apuesta.

El municipio de Angaco puso en marcha la construcción de algunas obras que brindarán mayor comodidad y mejores servicios a los participantes. El fundamento: poner en valor las tradiciones del departamento y fomentar el turismo interno. 'Seguimos trabajando para recibir visitantes en todos los parajes turísticos de Angaco, especialmente a los relacionados con el turismo religioso y nuestras tradiciones. En este marco, el municipio encaró una serie de obras en el paraje de la Difunta Teresa que van desde el mejoramiento del camino a lo largo de unos 50 kilómetros hasta bebederos para los animales', sostuvo Carlos Maza Peze, intendente de Angaco.

Entre las nuevas obras, el funcionario destacó también la construcción de 10 parrilleros, mesas y bancos, una pileta que funcionará como reservorio de agua, un quincho con techo y piso, pintura y refacción de las instalaciones. A estas les sumarán otras destinadas a revalorizar la historia de la Difunta Teresa y destacar los espectáculos artísticos que, por primera vez, incluirán la actuación de artistas sanjuaninos de renombre. Se trata de la instalación de una imagen de la difunta de 3 metros de altura (en el interior del oratorio se encuentra la primera imagen que se realizó de esta mujer) y la construcción de un escenario, de 16 metros de largo por 7 metros de ancho.

Todos estos trabajos se realizaron con mano de obra y recursos municipales, aunque el intendente no especificó los montos de la inversión.

La Cabalgata de Fe a la Difunta Teresa partirá el próximo sábado 13 de agosto, a las 9, desde el barrio Presidente Perón, en Angaco, tras la bendición del párroco local. A las 12,30 los jinetes llegarán hasta el Paraje Guayaupa, donde se encuentran las aguas termales. Allí compartirán el almuerzo y participarán de la inauguración de parrilleros, quincho y de un nuevo baño con pileta de agua termal.

A las 15, los jinetes retomarán la marcha para llegar alrededor de la 17 al paraje Difunta Teresa. Una hora más tarde se realizará la inauguración oficial de la obras en el lugar y, posteriormente, comenzará el fogón con los espectáculos artísticos. Actuarán Dúo Herencia, Arraigo, La Nueva Banda, Luceros de Jáchal y los Arrieros Huaqueños. En tanto que el domingo se realizará un chocolate y juegos para agasajar a los más chicos por el Mes de las Infancias.

  • La mujer que tuvo una muerte trágica

Teresa Merlo vivía junto a su esposo, Estanislao Vargas, en un rancho en la zona conocida como Agua del Conejo, en Angaco, cerca del límite con Jáchal y Valle Fértil. Él era hachero y ella atendía a los animales, hacía las tareas domésticas y les daba de comer a los carreros que transitaban por el lugar, pese a su avanzado embarazo. Cuentan que el 8 de septiembre de 1908, la mujer salió a llevarle comida a su marido y que cuando cruzaba una barranca se cayó y se golpeó en el vientre. El hombre la encontró tirada en el suelo y la cargó en su carro para llevarla a Angaco. Como estaba tan mal, Teresa le pidió que la bajara porque sentía que se moría. Él insistió en llevarla al médico, pero las ruedas del carro se enterraron y no pudo moverlo. Antes de morir, Teresa le pidió que la enterrara en ese lugar, y él cumplió con su voluntad. Desde entonces, la gente concurre allí para pedir su bendición.