Su frase de cabecera es "el primer error puede ser el último". Es por eso que día a día entrenan para perfeccionar su misión: salvar vidas. Y no morir en el intento. Son los integrantes de la Brigada Antiexplosivos de la División Bomberos de la Policía de San Juan, que, el viernes pasado, tuvieron que poner en juego su capacidad para intervenir en tres casos simultáneos de amenazas de bomba, en tres edificios públicos. Algo a lo que ya están "acostumbrados". Rodolfo Carrizo, comisario general al frente de Bomberos, dijo que al año reciben, en promedio, unos 8 llamados por hechos de este tipo, y que, "gracias a Dios", resultan falsos.

La Brigada Antiexplosivos fue creada en noviembre de 1973 y, desde entonces, puso énfasis en la capacitación y en conseguir los elementos necesarios para lograr la mayor efectividad en su trabajo. Actualmente son 15 los integrantes de este escuadrón, conducido por el comisario inspector Rubén Castro, que se capacitaron dentro y fuera del país en búsqueda y desactivación de explosivos. Y que cuentan con equipos de tecnología de avanzada para llevar a cabo esta tarea. Aunque, pocas veces los usan. "Al año recibimos, en promedio, unas 8 llamadas por amenazas de bomba en edificios públicos. Tras la intervención corroboramos que se tratan de situaciones falsas. Si bien es un alivio descubrir esta falsedad, no quita la ansiedad y el uso y gastos innecesarios de recursos que esto genera. Por eso apelamos a la consciencia de la gente para que tenga en cuenta todo lo que generan con este tipo de conductas", dijo Rodolfo Carrizo.

El jefe de Bomberos agregó que si bien estas amenazas de bomba se dan en cualquier época del año, por lo general aumentan en los meses de noviembre y diciembre por una cuestión en particular. Es la época de exámenes en los colegios y, generalmente, son los alumnos quienes llaman diciendo que hay una bomba en la escuela a la que asisten, para evitar que haya clase. "No podemos desestimar ninguna de estas amenazas ni darlas por falsas. Intervenimos con la misma seriedad y profesionalidad en cada una, siguiendo los lineamientos de un protocolo basado en procedimientos internacionales", dijo Carrizo.

Este protocolo determina que ante un caso de este tipo, inmediatamente la Brigada Antiexplosivos se debe dirigir al lugar amenazado, junto a una primera dotación de bomberos que deberá actuar en caso de un incendio como consecuencia de la explosión. En segundo lugar, se debe proceder a la evacuación del edificio de modo que no quede nadie ajeno a la Fuerza, a 50 metros a la redonda. Una vez desalojado el lugar se inicia la inspección. "En el caso de que la amenaza de bomba sea simultánea en más de un edificio se reparte el personal para la inspección. El viernes, se dejó a 2 explosivistas por piso en el Centro Cívico, mientras que se derivaron dos al Centro de Salud Báez Laspiur y dos más al edificio de Tribunales, los otros edificios involucrados. En ninguno se encontró algún artefacto sospechoso", explicó el comisario inspector.

Joya. El escáner de rayos X es una de las joyas de la Brigada Antiexplosivos.

> Equipo de avanzada

Si la búsqueda en el edificio amenazado arroja un resultado positivo, comienza el trabajo estratégico del especialista encargado de desactivar o hacer detonar el explosivo. Y es en este punto donde la tecnología juega un papel fundamental, incluyendo el traje que viste este explosivista que será el único en acercarse al artefacto en cuestión. Se trata de un traje de aproximación EOD, confeccionado con materiales que resisten un alto impacto y que protegen especialmente la parte superior del cuerpo de quien lo viste. Pesa 45 kilos e incluye un casco de acrílico que contiene un sistema de oxigenación interno y un intercomunicador para mantener la comunicación con el exterior. Este casco también posee un sistema estereofónico para facilitar el reconocimiento y la dirección de los sonidos, de las voces digitales, de los alertas.

Con el uso de un escáner de rayos X portátil, el brigadista comienza a analizar el contenido del bolso o paquete sospechoso, sin necesidad de acercarse al mismo, ya que a través de este dispositivo puede hacerlo desde unos 40 metros de distancia. Si las imágenes corroboran la existencia de un explosivo, el especialista debe determinar si lo desactiva o detona, utilizando diferentes estrategias.

Una de las opciones es destruirlo utilizando un cañón disruptor mediante el cual instala y acciona una carga explosiva de mayor velocidad que la del explosivo que está en el interior del paquete, destruyéndolo antes de que detone. Este dispositivo puede usarse a la distancia que el operador considere, para una mayor seguridad.

El brigadista también podrá elegir desactivar el artefacto explosivo manualmente, utilizando herramientas fabricadas con materiales especiales que no generan chispas o carga eléctrica, o trasladarlo en carros acondicionados debidamente para detonarlos en un lugar seguro. "Creo que tenemos el recurso humano altamente capacitado y el recurso material necesario para hacer frente a estas situaciones. Igualmente los integrantes de la Brigada Antiexplosivos continúan capacitándose para optimizar su trabajo", dijo Rodolfo Carrizo.

Acción. Los brigadistas entrenan a diario en el uso de los dispositivos.

> Autor, detenido

En la mañana del viernes pasado hubo, en la provincia, una triple y simultánea amenaza de bomba en el Centro Cívico, en Tribunales y en el Centro de Salud Baéz Laspiur, en Chimbas. Por la tarde, la Policía identificó y detuvo al presunto autor de los llamados, bajo la presunta comisión de delitos de "Intimidación Pública". Se trató de un hombre que fue identificado como Eduardo Bazán, al que se le secuestraron varios celulares.