En pleno proceso. Con los cuartos oscuros (que en realidad eran biombos de cartón puestos sobre las mesas) y los votos listos, las elecciones se realizaron en el Casino del Penal de Chimbas. Los detenidos esperaron e hicieron fila, todos con los brazos cruzados en la espalda, como les ordenaron.

Con los brazos cruzados en la espalda, apoyados sobre un ventanal y con los guardiacárceles sin perderles la mirada, los presos del Penal de Chimbas esperaron su turno para votar. Es que, al igual que el resto de los argentinos, los detenidos cumplieron con su deber cívico. En un cuarto oscuro totalmente diferente a los que se montan en las escuelas, reunidos en grupos de cuatro o cinco y hasta con votos distintos al del resto de los ciudadanos, los detenidos también eligieron a sus representantes. Durante las elecciones de ayer hubo 120 (de un total de 1.800) presos que estuvieron habilitados para sufragar y hasta las 10.30 de la mañana ya había votado un poco más de la mitad. Según la Ley Electoral sólo votan los presos procesados y los que tienen el DNI habilitado y en su poder.

Explicación. Los detenidos fueron acompañados con las autoridades de mesa, quienes les explicaron cómo votar, marcando en esas boletas especiales.

El Casino de Suboficiales del Penal de Chimbas lució diferente. Dos tablones, con dos urnas cada uno, estuvieron ubicados en el centro del salón que tuvo custodias en todas las puertas. Javier Figuerola, director del Penal, comentó que si bien el voto es obligatorio, muchos detenidos optaron por no votar porque ayer era día de visita familiar.

Desde las 8 los presos fueron trasladados en grupos desde los diferentes sectores del Penal hasta el Casino. Previamente ya les habían comentado quiénes estaban en condiciones de ser electores. Algunos llegaron esposados y hubo algunas mujeres que hasta fueron acompañadas por sus hijos. Hicieron fila y cuando les tocó el turno de pasar a los improvisados cuartos oscuros, los detenidos fueron acompañados por una autoridad de mesa que les explicó cómo votar. Es que según la Ley Electoral en las cárceles se vota con una boleta única que muestra la foto y los nombres de todos los candidatos. Además, no usan sobre para depositar su voto. Luego de la breve explicación quedaron solos en los cuartos oscuros que fueron montados sobre dos mesas pequeñas tapadas con un biombo de cartón. Ahí, los presos tuvieron intimidad para señalar con marcador negro el candidato que eligieron; y posteriormente, acompañados por los guardiacárceles, volvieron a sus celdas.


En pleno proceso. Con los cuartos oscuros (que en realidad eran biombos de cartón puestos sobre las mesas) y los votos listos, las elecciones se realizaron en el Casino del Penal de Chimbas. Los detenidos esperaron e hicieron fila, todos con los brazos cruzados en la espalda, como les ordenaron. Explicación. Los detenidos fueron acompañados con las autoridades de mesa, quienes les explicaron cómo votar, marcando en esas boletas especiales. Custodiados. Cuando pasaron a votar, los presos estuvieron acompañados por guardiacárceles. Fue corto el tiempo de cola, para evitar cualquier disturbio.

Custodiados. Cuando pasaron a votar, los presos estuvieron acompañados por guardiacárceles. Fue corto el tiempo de cola, para evitar cualquier disturbio.


El tiempo

horas aproximadamente duró la elección en la cárcel. La demora se dio por la extensión que tiene el predio (900 metros de largo) y por los traslados.

Las mesas

Las mesas 282, 283, 284 y 285 (divididas en orden alfabético) estuvieron a cargo de penitenciarios que trabajan en el área Educación del Servicio Penitenciario y en las oficinas de Expedientes Disciplinarios. Votaron internos de los 4 sectores que tiene el Penal, donde las elecciones se superpusieron con las visitas de familiares.

Rumbo a Mendoza

Tras la elección en el Servicio Penitenciario no hubo recuento de votos. Las urnas con las boletas se enviaron a Mendoza y de ahí viajaron en avión rumbo a la Cámara Electoral, en Buenos Aires, donde contabilizaron los votos de los presos de todo el país. En el Penal y durante el traslado hubo personal del Ejército custodiando las urnas.