Volver a sentir placer en un columpio ha dejado de ser cosa exclusiva de chicos. Claro que sí. Ahora hay una disciplina o mejor dicho una variante del yoga que genera las mismas y hasta se podría decir sin temor a exagerar nuevas sensaciones de estar en el aire. Es que además del disfrute, con el llamado Aeroyoga se pueden lograr resultados terapéuticos y hasta artísticos.


¿De qué se trata esta actividad que muy pronto empezará a practicarse nuevamente en la provincia? Maitena Salduna, quien está ultimando detalles de su espacio para volver a ponerlo en condiciones para los requerimientos de la práctica, toma las palabras del creador de este método, el español Rafael Martínez para explicar que, "el Aeroyoga es un método artístico de crecimiento personal en suspensión. Los beneficios son tanto para el cuerpo como para la mente y el espíritu, ya que se juega con los efectos de la gravedad en el columpio, liberándonos por momentos del contacto con el suelo, mejorando la circulación en todo el cuerpo, nos ayuda a combatir el dolor de espalda descomprimiendo las vértebras de nuestra columna, oxigenándola y fortaleciéndola, mejora nuestra conciencia postural. Ayuda a tonificar el cuerpo, a combatir el estrés, a relajarse y por que no, a regenerar la mente, a buscar con creatividad las capacidades artísticas que todos tenemos'', detalla la experta local.


Justamente la propuesta se centra en aplicar las posturas clásicas de yoga, pero también recurrir a técnicas de lo que llaman el yoga creativo para dejarse llevar por el columpio, una herramienta clave realizado en el mismo material que los paracaídas, que pueden adaptarse a los diferentes cuerpos y necesidades. Estos columpios, tienen una estructura que permite colgarlos del techo.

Por supuesto que posturas como la del guerrero, la cigüeña y el murciélago, entre muchas otras, están presentes en esta propuesta que trabaja la suspensión, la ingravidez y la respiración, para descomprimir, dar flexibilidad, tonificar, relajar.


"Es un método, que se trabaja en el aire suspendido total o parcialmente, donde se pone en juego el cuerpo humano no solo a nivel físico, sino también a nivel creativo, a nivel mental y a nivel emocional. Los beneficios están apoyados por médicos especialistas en medicina deportiva, entre otros expertos. Con el columpio, la concentración, la respiración, la creatividad se logra por ejemplo la descomprensión axial que es la separación de las vértebras, unas de otras, lo que hace que la espalda se fortalezca y se elimine el dolor de espalda; hay ejercicios para el aparato digestivo, que se hacen de manera inversa por lo que literalmente al darle al vuelta al cuerpo en el columpio, se favorece el trabajo del estómago para que funcione mejor pero también para que se redefina la zona abdominal, consiguiendo muscular y tonificar, fortalecer la zona lumbar, favorecer el drenaje linfático y el drenaje circulatorio'', ejemplifica el creador español en un video de acceso público que Maitena ofrece para aclarar de qué se trata.

De las clases, puede participar cualquier persona, sin siquiera haber practicado ni una vez esta práctica con raíces milenarias. Esto es así porque hay tres niveles de trabajo: el nivel 0 restaurativo y terapéutico que parte del cuerpo en el suelo y está propuesto para quienes necesitan recuperarse de lesiones y aprender a usar correctamente del trapecio. Un nivel 1 de tonificación y suspensión media hiperextensiones, en dónde se practican las primeras posturas aéreas a una altura prudente para trabajar en la flexibilidad y corrección de la postura del cuerpo. Y un nivel 2, acrobático suspensión avanzada que tal como su nombre lo indica, se hacen acrobacias en el aire porque el cuerpo ya ha alcanzado cierto grado de acondicionamiento, fortaleza y equilibrio.


'Los tres niveles se complementan, se relacionan y se fijan a partir de los objetivos a alcanzar y de las posibilidades de cada persona. En las clases también se ponen en práctica pranayamas (respiración consciente) y relajación (Aero Nidra), al igual que una clase de yoga tradicional solo que en la mayoría de las veces también se hace dentro del columpio'', indica la instructora.


Del balanceo al equilibrio total


Maitena es marplatense, pero hace 25 años que vive en San Juan. Ella desde adolescente empezó a tomar clases de yoga, una práctica que se volvió indispensable y hasta su camino en la vida, pese a los cambios de domicilio entre San Juan y Buenos Aires. De hecho, hizo talleres e instructorados y a esta altura de las circunstancias ya tiene su título en un profesorado de Aeroyoga y está cursando otro para especializarse en Yoga para Adultos Mayores.


A esta práctica tan novedosa la conoció hace algunos años, cuando vio un video, con los columpios como protagonistas. Fue tal el impacto que de inmediato se puso a buscar información e investigar de qué se trataba. Lamentablemente en ese momento no había modo de formarse en Argentina sobre el método creado en España hace una veintena de años y que ha sido merecedor de diferentes premios en el mundo. Lejos de desistir, por tres años, persiguió todo material al respecto hasta que se enteró que abría un profesorado en Córdoba de Aeroyoga. Era su oportunidad. 

'Fue muy intenso pero luego de hacerlo me di cuenta que esta práctica era lo que realmente me gustaba, me apasionó y me sigue atrapando día a día. A tal punto que a veces me cuesta definirlo con palabras. Solo haciendo es como puede entenderse. Yo siento que en las clases, lo lúdico está siempre presente porque el columpio, aparte de aportar miles de beneficios, me transporta al juego de mi niñez'', explica Maitena quien ha abrazado la práctica y la ofrece como una innovadora tendencia que gana adeptos en el mundo. 



Para saber más


En el 2019, Maitena dio sus primeras clases de Aeroyoga pero tuvo que suspenderlas momentáneamente. Por estos días está ultimando detalles de su espacio para dejarlo a punto y retomar con la práctica en las próximas semanas. Ella explica que tiene habilitado para el trabajo de 7 columpios a la vez, que no limitaciones para hacerlo y que cualquier persona, de todas las edades, puede ser parte de las jornadas de entrenamiento que dicta. Recomienda que la actividad debe practicarse dos veces por semana como mínimo (de una hora cada clase) y que se tienen en cuenta las necesidades de cada persona. Por el momento, solo se adultos jóvenes.

Sólo hay que llevar ropa cómoda, pantalones largos (no shorts) y descalzarse, otra característica.


Para contactarla, su espacio es 'Mil Grullas'' y está ubicado en la esquina de Caseros y Cereceto, Para más información, comunicarse al 2644746974 o por Instagram @aeroyoga.milgrullas.

Por Paulina Rotman
Fotos: colaboración Maitena Salduna