Según la American Cancer Society, aproximadamente 1 de cada 6 hombres será diagnosticado con cáncer de próstata en el transcurso de su vida. Este cáncer es una patología neoplástica maligna oncológica de la glándula prostática, siendo la segunda causa de muerte por cáncer en el hombre, luego del cáncer de pulmón.

Wadi Azuri, médico urólogo, fellowship en uro-oncología y cirugía urológica mínimamente invasiva, brinda detalles sobre esta enfermedad que muchos hombres ignoran.

Según informa el doctor Azuri, tanto los estudios publicados europeos como americanos recomiendan realizar testeos a la población masculina a partir de los 50 años en caso de pacientes sin antecedentes familiares. Quienes cuentan con antecedentes en su familia de personas con esta enfermedad, la recomendación es realizar los testeos desde los 45 años.

Cabe destacar que en etapas tempranas la enfermedad no presenta síntomas, por lo que es vital realizar los testeos correspondientes para contar con un diagnóstico correcto y tratamiento precoz. El doctor Azuri afirma que aun así hay pacientes que pueden presentar síntomas irritativos y/o obstructivos de la vía urinaria inferior o sangrado en la orina, pero no son específicos del cáncer de próstata. También se pueden presentar otras patologías como hiperplasia prostática benigna (también conocida como agrandamiento de la glándula prostática) o infección urinaria.

Hay distintos factores que predisponen a la enfermedad como superar los 50 años, malos hábitos alimenticios, antecedentes familiares o presencia de genes que desarrollan la enfermedad. En este último caso, existen testeos para evidenciar esta predisposición genética.

¿Cómo se diagnostica?

El doctor Azuri detalla los distintos estudios que permiten obtener un correcto diagnóstico y los pasos a seguir.

Se realiza un análisis de sangre de antígeno prostático específico, un examen ecográfico y un examen digito rectal. Además, muchos estudios sugieren realizar una resonancia multiparamétrica de próstata para evidenciar lesiones sospechosas de malignidad. En el caso de que existan estas lesiones, se debe realizar una biopsia prostática, la cual, luego de un examen anatomo patológico, permite realizar el correcto diagnostico de la enfermedad.

En base a los resultados que pueden arrojar todos los estudios mencionados, el profesional le asigna al paciente un grado de riesgo de progresión de la enfermedad, siendo los mismos de bajo riesgo, riesgo intermedio favorable/desfavorable y alto riesgo de progresión.

Una vez confirmado el diagnóstico y determinado el grado de riesgo, se deben realizar diversos estudios, entre ellos tomografía computada, centellograma óseo corporal total en pacientes de bajo riesgo y riesgo intermedio.

Para pacientes de alto riesgo la recomendación es realizar una resonancia multiparamétrica y PET PSMA (técnica de imagen no invasiva para el estudio del cáncer de próstata con incremento de la expresión del antígeno prostático específico de membrana) por la incidencia de micrometastasis y/o oligometastasis no evidenciables por tomografía y centellograma. En base a los resultados de estos últimos estudios se clasifica la enfermedad como localizada a la glándula prostática, localmente avanzada o avanzada.

La única manera de prevenir esta enfermedad que afecta a hombres de todo el mundo es realizar los testeos ya mencionados por el doctor Azuri por lo menos una vez al año, como control. Es importante hacer hincapié en los controles anuales ya que, como toda enfermedad, no hay nada mejor que un diagnóstico precoz para un correcto tratamiento.

Colaboración:
Doctor Wadi Azuri. Urólogo. Fellowship en Uro-Oncología y Cirugía Urológica mínimamente invasiva: Instituto Alexander Fleming de Buenos Aires.
Lugares de atención: Sanatorio Argentino y CIMAC.