¿En la actualidad, hay más chicos que necesitan anteojos en comparación con otras épocas? Lo cierto es que hoy un control más frecuente y estandarizado redunda en una detección más temprana de defectos visuales, lo que puede dar la impresión de que se han reproducido los niños con anteojos a nuestro alrededor. De hecho la prevalencia de ceguera y discapacidad visual de todo tipo ha disminuido en el mundo y en nuestra región en los últimos 25 años.

Por eso, los controles son importantes y deben realizarse obligatoriamente al inicio de la primaria para detectar cualquier tipo de trastorno visual. "Las estadísticas muestran que un 25% de la población estudiantil puede tener problemas visuales no detectados, siendo los más frecuentes la miopía (ver mal de lejos), la hipermetropía (problemas de enfoque), el astigmatismo (ver desdibujado de lejos y cerca), o la ambliopía, comúnmente llamado "ojo vago, débil o perezoso". Es importante detectar los defectos visuales a tiempo ya que al no ser corregidos generan una estimulación visual deficiente durante el crítico período de desarrollo y plasticidad cerebral que ocurre durante los primeros 8 años de vida y falta de estímulo resulta en un ojo que no desarrolla su visión normal durante la infancia (ambliope o perezoso)".

Los problemas relacionados con la visión durante los años de crecimiento pueden impactar significativamente en el bienestar de los más chicos. El 80% de la información que recibimos llega a nuestro cerebro a través del sentido de la vista. Cualquier problema no detectado durante la etapa escolar de los niños impacta sustancialmente en su comportamiento en general y en sus logros académicos en particular.

Hay que tener en cuenta que sin una visión clara, un chico puede no ser capaz de ver el pizarrón y desempeñarse correctamente en la escuela. O puede no ser capaz de leer, hacer deportes, jugar e interactuar socialmente con su entorno, disminuyendo su calidad de vida. Todo esto puede llevarnos a creer que un niño tiene problemas de conducta o de aprendizaje cuando en realidad la dificultad puede radicar en un problema de visión pasado por alto.

Por eso, para mantener una buena salud visual recordemos las 4 P recomendadas por la Agencia Internacional para la Prevención de la Ceguera:

1- Prevenir comiendo sano, adoptando hábitos saludables, jugando en el exterior y reduciendo el tiempo de exposición a las pantallas.

2- Proteger usando anteojos de sol de calidad e inclusive antiparras apropiadas según el tipo de deporte que se practique.

3- Preservar realizando los controles médicos rutinarios; usando los anteojos prescriptos por un médico especialista y no colocar medicación en los ojos sin realizar una consulta médica.

4- Priorizar la salud visual mediante el control oftalmológico anual es tan importante como cualquier otro control médico de rutina. Todo chico debe realizar un control antes de iniciar el año escolar a fin de detectar tempranamente defectos visuales que puedan impactar en su aprendizaje.

Además no debemos ignorar señales que indiquen disminución visual.

Recordemos que un chico puede necesitar un control visual si fue prematuro; si tiene dificultades en su desarrollo y aprendizaje; si sus padres o hermanos necesitan anteojos; si se queja de molestias oculares como enrojecimiento, ardor, lagrimeo, desviación ocular o tiene necesidad de frotarse frecuentemente los ojos; si necesita acercarse a la televisión o a los objetos para verlos; si necesita mover la cabeza o entrecerrar los ojos para definir objetos; si se queja de dolor de cabeza, cansancio visual o visión doble.


Visión en números:

* 165 millones de niños en el mundo tienen miopía en la actualidad y se estima que pueden llegar a 275 millones para el 2050.

* 44% menos chance de reprobar una cursada escolar tienen los niños que usan anteojos recetados.

* 90% de las personas que tienen disminución visual provienen de países de bajos o medios ingresos.


Tips inteligentes para chicos listos:

- Jugá al menos 1 a 2 horas en exteriores: Se ha probado que esto reduce el riesgo de miopía.
- Tomá pequeños recesos mirando lo más lejos que puedas cuando hagas tu tarea.
- Cuando estés con la computadora usá la regla del 20/20: Cada 20 minutos, mirá a la distancia por 20 segundos antes de retomar tu trabajo.
- Si te cuesta leer y tus ojos o tu cabeza se sienten raros o duelen cuando tratas de fijar la vista pedile a tus padres que te lleven a un chequeo visual.


Para usarlos sin problemas


Aunque los pequeños suelen acostumbrarse a usar los lentes rápidamente, hay algunas recomendaciones claves para que la utilización sea correcta e inclusive hasta gustosa:

* Es importante que el chico participe en la elección de sus lentes para que tome conciencia de su uso desde el inicio y para que lo incorpore como "algo normal".

* Al momento de la compra, al ser de su propiedad, es bueno que opine. De algún modo es la forma de sentir que es un objeto propio. Eso sí, los adultos tienen que verificar al elegirlos que sean livianos, que no le moleste y que no se le resbalen de la nariz, lo que significa que son del tamaño correcto. Comprar un armazón grande para que le dure y no tener que cambiarlos tan seguido, es un criterio errado.

* Preferentemente hay que elegir materiales suaves, hipoalergénicos, flexibles.

* También asegurarse que las lentes sean de materiales orgánicos, que son más resistentes pero menos peligrosos que de otros elementos, por si se rompen.

* Para evitar accidentes, una solución puede ser ajustar las "patitas" con cordones o cadenitas, si son de silicona, mejor.

* Siempre es aconsejable tener un par de repuesto. 

* Hay que enseñarles que se los debe quitar con las dos manos, que no los deben dejar sobre una superficie boca abajo para que no se rayen, que los deben guardar siempre en su funda o su estuche, que preferentemente no hay que usarlos al hacer deportes y que hay que limpiarlos sólo con agua y jabón varias veces al día y secarlos con un papel tisú o una gamuza pequeña

Por Betty G. Arteaga
Médica Oftalmóloga del Hospital Italiano de Buenos Aires
MN 112049 / MP 332301