Aprender en la virtualidad se ha vuelto un reto para estudiantes y docentes. Pero ¿se aprende en la virtualidad?, ¿es el mismo tipo de aprendizaje que se genera en la presencialidad?, ¿cómo influye esta modalidad en las personas con dificultades en el aprendizaje?


Estas preguntas pueden tener más de una respuesta y contrapuestas dependiendo el modo que se presenten las propuestas virtuales, la edad y posibilidades de los sujetos de aprendizaje.


Desde el neuroaprendizaje hay ítems a considerar en cualquier tipo de clase y modalidad: la motivación, el interés, la curiosidad, la novedad, las emociones, entre otras. Por ello, crear clases atractivas, con un clima emocional positivo es fundamental, si sólo vamos a tener la posibilidad de conectarnos con los alumnos bajo la modalidad virtual, es imprescindible crear un escenario que despierte en los alumnos todas estas cualidades, a través de videoconferencias frecuentes, acompañar el material teórico con audios y videos resaltando lo positivo, con una voz clara; con exposiciones y material muy bien ordenado que le permita al alumno enfocar en forma rápida lo más importante y central del tema; presentar gráficos, imágenes que acompañen los textos; promover cierres de las tareas con una reflexión (metacognición) amigables y que motiven a la próxima conexión.


Un factor que es imposible olvidarnos en esta época de pandemia es considerar las emociones de los alumnos, entender que cada uno de ellos está atravesando una situación particular, que el espacio y lugar para aprender es diferente, por ello mantener el vínculo con los estudiantes y generar un espacio semanal de encuentro entre los estudiantes es traerlos por un breve instante a un aula escolar.


Pero esto no es todo, los padres van a ser los aliados claves en este momento, por ello es muy importante crear un espacio para ellos, donde se los pueda escuchar y acompañar.


Hasta el momento se estuvo hablando sobre clases ideales, pero que pasa cuando el docente se enfrenta a alumnos que tienen alguna dificultad de aprendizaje, acá las cosas son diferentes, para comenzar es importante organizar sus actividades con un tiempo de realización, proveer de un calendario semanal, que tareas debe trabajar cada día y cada cuanto tiempo realizar un corte (recreo), establecer y mantener una rutina, a nivel pedagógico se deben priorizar los contenidos más significativos para ese alumno en particular, comprender que emocionalmente pueden sentirse diferentes por ello es preciso aclarar que la mirada no debe estar puesta en los contenidos que alcance (en cierto modo esos contenidos están para cuando el alumno los necesite, en las redes, en los libros) más bien hay que ayudarlo a que se sienta tranquilo, más seguro, autónomo e independiente en las actividades que realice.


Es importante entender que el ambiente y los aprendizajes que se generan en la presencialidad nunca se lograrán en la virtualidad, pero también se debe reconocer que la virtualidad abre un espacio de aprendizaje que hasta el momento estaba solapado, casi oculto. Preguntarnos y posibilitarnos en una educación bimodal es el gran interrogante del futuro en la educación.

Por Magister Silvina González Más