Fuente: Lic. Daniel Castro - M.P. 613

La amenaza de una enfermedad ocupa gran parte de nuestro pensamiento como sucede en estos días. Durante semanas, casi todos los medios tienen historias sobre la pandemia del nuevo coronavirus. Los programas de radio y televisión tienen cobertura ininterrumpida sobre las últimas cifras de muerte y, dependiendo de a quién sigas, las plataformas de redes sociales están llenas de estadísticas aterradoras, consejos prácticos o humor negro. Este bombardeo constante de información puede provocar una mayor ansiedad, con efectos inmediatos en nuestra salud mental. Pero el sentimiento constante de amenaza puede tener otros efectos como el estrés de estar sometido a un peligro constante. Ya hubo otras pandemias a lo largo de la historia, y vemos cómo ha ido cambiando la respuesta de los humanos frente al contagio y el peligro de muerte. Estas respuestas manifiestan la respuesta al miedo. Cómo esa emoción tan básica y primitiva nos da herramientas, nos condiciona o nos paraliza para resolver el peligro.



1 - ¿Qué es el miedo?

El miedo es una de las emociones básicas de los humanos, junto con la ira y el dolor por la pérdida de un objeto de amor. Es una señal de alarma, que detona mecanismos de defensa. En su justa medida, el miedo es útil y necesario, porque sirve para defendernos del peligro. Es normal que sintamos miedo frente a situaciones que pueden poner en riesgo nuestra vida, nuestra salud física o mental o nuestros objetos de amor. 



2 - ¿Qué efecto produce el miedo en una persona frente a la pandemia?

En principio debería producir un efecto productivo, es decir, que pueda tomar ciertas conductas de cuidado, como el lavado de manos, el uso de tapabocas, el mantenimiento de la distancia social y el aislamiento. Dado que esas conductas ayudarían a estar a más salvo y disminuir el riesgo de contagio..


Sin embargo, dado que el aislamiento social se ha prolongado, han aparecido otros miedos concomitantes con el miedo a enfermarse, sobre todos en los sectores más vulnerables a nivel social y económico, como son el temor a la pérdida del trabajo, la ruina económica, el miedo a no poder sostener la familia, etc.


Esto ha implicado un proceso contradictorio, dado que aquella conducta que nos defiende del peligro, es la que potencialmente nos pone en "otros peligros' y entonces comienzan a surgir conductas de negación del peligro al contagio, transgresión de la pauta de aislamiento social, necesidad imperiosa de volver a las actividades laborales. Esto tiene sentido, dado que los seres humanos debemos satisfacer las necesidades básicas por sobre todo, antes de acceder a otras necesidades secundarias. En tal sentido, la necesidad básica de alimento, abrigo, etc. que se manifiesta en lo cotidiano en el sostén económico de la familia a veces se vuelve más perentoria que la defensa del contagio. Dado que la amenaza de la enfermedad que no es tan visible (sobre todo en nuestra provincia que tiene un muy bajo índice de contagio) pasa a un segundo plano, frente a la necesidad de pagar un servicio, la escuela o comprar comida o medicamentos para la familia. El sujeto en este sentido, hace un orden de prioridades y lo básico pasa a ser más evidente e importante de resolver que las cuestiones de la pandemia.


También en grupos sociales con precariedad educativa o de recursos de pensamiento, aparecen conductas de discriminación y segregación social, agrediendo a personas que están afectadas por el virus o profesionales de la salud que trabajan con personas afectadas o en riesgo. Ya hemos visto ejemplos de esto, tanto en nuestra provincia como en el resto del país. 


Por otra parte, necesidades secundarias o derivadas, como viajar, tomar vacaciones, salir a ver un espectáculo, se evidencian por el momento como fuerte riesgo de contagio, por lo que las personas tienden a desplazarlas hacia adelante y dejarlas fuera de la necesidad cotidiana. Porque no son primarias ni necesarias para mantener satisfechas las necesidades básicas. 


 
3 - El miedo entonces, ¿se vuelve un factor determinante en las estructuras sociales, económicas, turísticas o de salud misma?

En este momento sí, no sólo en la toma de decisiones individuales, cotidianas del sujeto, que decide exponerse y abrir su negocio porque teme llegar a la quiebra económica, sino también la estructuración se establece desde el Estado y cómo este define el peligro. Es decir, a través de los decretos y la pautas, el Estado estructura un concepto de peligro (que puede ser compartido o no socialmente) que define también cuáles conductas son peligrosas y cuáles no. Por ejemplo, el uso de del transporte público, está definido desde el estado como altamente peligroso, por ello a definido pautas para su uso y ha llegado a prohibir por ejemplo la aviación aerocomercial. Es decir, la dinámica socio económica está definida por la concepción que establece el estado acerca de la Pandemia. Algunos estados la ponen por debajo de los procesos económicos, porque piensan que cuentan con un sistema sanitario capaz de contener a todos los enfermos y han abierto las actividades o han proclamado un leve aislamiento social, y otros en cambio han tomado medidas altamente restrictivas, pensando en las posibilidades sanitarias con las que cuentan para enfrentar el peligro de contagio.


Aparece así un proceso de ambigüedad conductual, es decir, aquellas conductas que me salvan del peligro de perderlo todo, como volver al trabajo, se convierte en un proceso que me expone a perder la salud (una de las necesidades básicas de los humanos) entonces, el constructor social que establece las pautas lo hace sobre dilemas. Los epidemiólogos que recomiendan el aislamiento, favorecen la salud y al mismo tiempo, exponen el dilema de desfavorecer a los grupos vulnerables económicamente. Los líderes políticos están todo el tiempo decidiendo sobre situaciones dilemáticas, que al mismo tiempo que tratan de cuidar y reparar, pueden provocar daño. Las personas que deciden exponerse al ejercicio de su profesión dentro de lo permitido, se exponen a llevar el virus a su propia familia, entonces la conducta se vuelve básicamente un dilema. 



4 - ¿Qué otras alteraciones emocionales está produciendo la pandemia?

Los efectos que estamos viendo en la cínica son diversos. Depresión, Ansiedad, Crisis de pánico, miedo al deterioro físico debido al encierro y la inactividad, pérdida del deseo sexual, conflictos de pareja, temor a la ruina económica, y veremos síntomas de Trastorno por estrés post traumático. También han aparecido diversos síndromes, el más conocido, es el descrito como Síndrome de la cabaña. Este último tiene que ver con el miedo a volver a salir a las actividades de la vida cotidiana.



5 - Qué deja como resultado esta situación?

El resultado de esta situación a mi criterio, todavía se está gestando, es decir, todavía no sabemos cuándo ni cómo terminará este proceso de pandemia y cuál será la nueva "normalidad' a la que deberemos adaptarnos. Por ahora, las personas hacen esfuerzos y se sostienen porque permanece la fantasía de que esto pasará y volveremos al estadío anterior donde llevaremos la misma vida que antes. Pero posiblemente haya un cambio en las conductas, en el modo de manejarse en los espacios públicos, como relacionarnos, como trabajar, como acceder y participar de espectáculos públicos o deportivos. Y nada de eso todavía lo podemos definir, entonces, lo importante es ir paso a paso, día por día. Cumpliendo las pautas impuestas por el gobierno para cuidarnos entre todos y al mismo tiempo, aprender a disfrutar de cada espacio que recuperamos. El espacio laboral, la flexibilidad de algunas tareas, etc. Y en caso de percibirse o percibir a otro con síntomas psicológicos fuera de lo común, hacer una consulta profesional. 



6 - Frente al bombardeo de información de la pandemia en nuestro país, esto provoca mayor ansiedad, cosa que repercute en nuestra salud mental.¿Cómo hacemos para salvaguardarnos?

Sin duda que la sobre información puede repercutir de manera negativa, dado que puede provocar mayor miedo y hasta estados de ansiedad frente a la realidad. Los medios, muchas veces acentúan la relación entre el Covid - 19 y la muerte, lo cuál hace que al pensar en contagio lo relaciónenos automáticamente con la posibilidad de morir y esto estadísticamente no es cierto. Pero acrecienta el miedo. 


Lo mejor es informarse por sitios serios, científicos. Una sola vez al día es suficiente. Hacerlo luego de haber comenzado la jornada. No exponerse más de una hora diaria a las noticias. En las redes de mensajería evitar los mensajes falsos y su reenvío. Evitar los mensajes con teorías conspirativas y de información que no puede corroborarse de forma científica o contrastables con la realidad. Las teorías y opiniones son sólo eso, teorías y opiniones, no tomarla como una realidad concreta. y tratar de elegir otros programas y temas para ver en los medios. 


Quizás exista además de una pandemia de virus, una pandemia de información no sería, de la que también es necesario aislarnos.



7 - En conclusión, frente a las emociones básicas del miedo a lo desconocido y la necesidad de salir del encierro por diferentes motivos. ¿Qué recomendación das?

Todos los seres humanos buscamos certezas, patrones conocidos. Estamos en una realidad que atenta contra eso, porque cambia, el criterio sobre el modo de contagio, los síntomas, los teatros, etc ha variado desde el primer caso en China hasta hoy. Por eso, lo mejor, es ir paso a paso, día por día. Es más fácil adaptarse en cada jornada, que tratar de adaptar toda una vida de golpe. Es muy importante el cumplimiento de pautas impuestas por el gobierno nacional y local, para cuidarnos entre todos y al mismo tiempo, aprender a disfrutar de cada espacio que recuperamos. El espacio laboral, (aquellos que han podido volver) la flexibilidad de algunas tareas, etc. Para los que deben continuar el confinamiento, plantearse objetivos diarios dentro de las posibilidades de su propio entorno. Darse tiempo para realizar tareas manuales, aprender en tutoriales, etc. Y en caso de percibirse o percibir a otro con síntomas psicológicos o físicos fuera de lo común, hacer una consulta profesional.