Mientras las colas de ansiosos automovilistas tratando de cargar combustibles era la postal del día a los largo y ancho del país -San Juan no fue la excepción-, el Gobierno nacional y los estaciones salieron a intentar llevar un poco de calma ante la psicosis por el faltante de naftas.

La secretaria de Energía, Flavia Royon, dijo que en las últimas horas "ya bajaron dos barcos y se está bajando el tercero para atender el pico de demanda que hubo" en combustibles y que la normalización del servicio "puede demorar dos o tres días".

En declaraciones a radio Provincia, la funcionaria ratificó, además, que se pusieron en marcha conversaciones con las petroleras "para acordar un sendero con razonabilidad, escalonado; no va haber aumentos abruptos de precios ni va haber una devaluación que aliente maniobras especulativas". 

Sobre el faltante, le funcionaria explicó que "hubo un aumento de demanda inusual (...) Con la importación vamos a reponer los niveles de stock", agregó la funcionaria, quien aclaró que "no habrá aumentos de precios abruptos". Royon atribuyó el faltante a la demanda generada por un fin de semana largo que tuvo mucho movimiento turístico, además del "ruido de una posible devaluación y de aumentos de precios" generado tras las elecciones presidenciales del domingo pasado y antes del balotaje del 19 de noviembre. "Esto presionó la demanda, más la demanda de los países limítrofes (...) Se generó una psicosis de 'hay que ir a cargar el tanque' y si todos salimos a cargar el tanque porque se instala que no va a haber combustible, también presiona a los surtidores, que no están preparados para eso", agregó Royon.

Las refinerías de Argentina abastecen el 80% del mercado local, mientras que el resto se completa con importación de combustibles.