"Es lícito aprovechar todas las virtudes que ofrece la música ya que vehiculiza un desarrollo saludable ayudando a los niños a vivir una vida creativa'' (Winnicott 199)

Los interrogantes que se plantean los docentes cuando se enfrentan a la tarea de enseñar música a niños con necesidades educativas especiales, se vincula con el modo de cómo se planifican las actividades para las clases y qué objetivos se formulan. Habría que reflexionar sobre dos cuestiones como: logros en términos de aprendizaje musical, o tomar en cuenta los progresos en relación al desarrollo individual. Ambos deberían integrarse.


Surge de diferentes investigaciones que al abordar un proceso de enseñanza musical en escuelas de educación especial, es necesario tomar la música no sólo desde su dimensión educativa (aprendizaje musical) sino también incluir los beneficios que aporta a nivel del desarrollo integral de los niños. Tal como ocurre en la escolaridad "común''. Por otra parte, las necesidades educativas de las poblaciones de alumnos que concurren a estas escuelas requieren focalizar la atención del docente no sólo en los contenidos curriculares a enseñar, sino y fundamentalmente los aspectos sicofisiológicos, sensomotores, cognitivos, emocionales, interpersonales y creativos que se potencian en el niño que aprende. Es por eso, que conocer las problemáticas de los alumnos y de la música permitirá acompañar el desarrollo de las capacidades humanas en general y musical en particular. Desde esta perspectiva, se entiende que es necesario contar en primera instancia con los beneficios de la música para los alumnos desde lo biológico, afectivo, y cognitivo. Conjuntamente con ellos, se deberá integrar los recursos pedagógicos musicales para la enseñanza de la misma, tomando en cuenta las necesidades de cada alumno. En este sentido, se abre una nueva concepción de la enseñanza musical, en la que es necesario integrar música, educación, salud, multidisciplinar. Esto es válido para todos los niños. No obstante es necesario aclarar que en la educación común habrá especial interés en los logros alcanzados por los alumnos en términos de competencias musicales adquiridas. Cuando se trata de niños con necesidades educativas especiales, se pondrá mayor atención en las áreas comprometidas (sicomotora, cognitiva, socio-afectiva) pero sin perder de vista los contenidos curriculares musicales. Acá se requerirá de una didáctica más especializada en el campo de la educación especial que contemple sus necesidades. Tal vez se podría considerar algunos recursos provenientes del campo de la musicoterapia. Los beneficios de la música dinámica en el ámbito escolar nos encontramos con una amplia gama de estilos metodológicos, que por lo general propician el juego y la creatividad. El trabajo multidisciplinar, la práctica coral, la formación de grupos instrumentales y el manejo de un instrumento específico como la flauta dulce, la guitarra, forman el escenario de innovación en este ámbito como es la música. Los saberes musicales en este contexto de aprendizaje responden a un orden gradual de dificultades según capacidades evolutivas. Para ello, será necesario contemplar metodologías dinámicas, creativas y recreativas que ofrezca al alumno un espacio lúdico, desarrollando su capacidad de juego, propiciándoles bienestar y aprendizaje. El cuerpo como instrumento musical y de expresión, también será una herramienta indispensable en el aprendizaje de la música.