Como otros laboratorios AstraZeneca también tiene problemas con la producción de vacunas por lo que ha retrasado sus entregas.


La farmacéutica británica, AstraZeneca, vio dispararse sus ingresos en 2020 con un beneficio neto de U$S 3.144 millones (2.592 millones de euros), según comunicó la compañía a la Bolsa de Valores de Londres, debido a las ventas de su vacuna contra el Covid-19, diseñada conjuntamente con la Universidad de Oxford. 


Dichas ventas le permitieron alcanzar unos ingresos totales que llegaron, en 2020, hasta los U$S 26.617 millones (21.945 millones de euros), lo que supone un incremento del 9,1% frente a los registrados en 2019. 


Además de por el lanzamiento de nuevos medicamentos relacionados con el coronavirus, los dedicados a otras patologías como el asma también han servido para disparar los balances de ventas. Los exitosos resultados, señala la farmacéutica, se han dado a pesar de la caída en la distribución de medicinas para tratamientos oncológicos, que se pospusieron para dar prioridad a los dedicados en la lucha contra el virus. 


El grupo farmacéutico también registró un aumento en sus gastos, en particular en los que tenían que ver con la logística: "Los éxitos de nuestros fármacos en desarrollo, la aceleración del desempeño de nuestra empresa y el avance de la vacuna contra la covid-19 muestran lo que podemos lograr'', comentó Pascal Soriot, director general de la firma, que también se refirió a la adquisición de la biotecnológica estadounidense Alexion por U$S 39.000 millones: "Tiene como objetivo acelerar nuestro desarrollo comercial y científico'', ha asegurado. 


En cuanto a sus previsiones para 2021, AstraZeneca pronostica un aumento de sus ventas de entre un 1 y un 4%, aunque matiza que para establecer este cálculo deja al margen las ventas de la vacuna contra la Covid-19, para la cual publicará resultados separados el próximo trimestre. El grupo recuerda que recibió autorización de emergencia en diciembre para comenzar a distribuir su vacuna en el Reino Unido, una aprobación a la que se adhirieron después India, Argentina, México y Marruecos. De la misma forma que la Unión Europea autorizó la administración de la vacuna a finales del pasado mes de enero. Además de todo esto, AstraZeneca también anunció que ha iniciado ensayos de fase 3 para un fármaco basado en anticuerpos contra el virus. 


AstraZeneca prometió el acceso a 170 millones de dosis de la vacuna para 190 países, pero su retraso en la producción provoca malestar en la Unión Europea, que entregó 870 millones de euros a la farmacéutica británica tanto en concepto de financiación de la vacuna como en la compra de dosis. El Ejecutivo comunitario denunció que la compañía no ha cumplido con los plazos establecidos. En contrapartida a esta reprimenda de la Comisión Europea, que llegó a publicar (aunque con bastantes tachones) el contrato entre ambas partes para exigir su cumplimiento, AstraZeneca recibió un empujón por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que recomendó el uso de su vacuna sin restricciones de edad, en contra de la voluntad de varios países de no emplearla en grupos de edad más avanzada por no existir resultados concluyentes para los pacientes de estas edades. 


Por El Pais de Madrid 
(Informe sobre la pandemia)