Pocas veces hubo tantos presidentes latinoamericanos que apoyan a EEUU, que son poco tenidos en cuenta por Trump.


Cuando le pregunté recientemente a Roberta Jacobson, exjefa del Departamento de Estado de América latina y, hasta hace poco, embajadora de la administración de Trump en México, si existe una política de Trump para América latina, no me sorprendió mucho cuando ella negó con la cabeza y me dijo: "No de verdad".


Jacobson, un oficial de carrera del Departamento de Estado que se desempeñó durante más de un año como embajador de la administración de Trump en México y se retiró a mediados de 2018, agregó que "no hay una política coherente de los Estados Unidos'' para la región. ella dijo que ésta es "realmente una oportunidad perdida'' para Washington, porque rara vez en la historia reciente ha habido más presidentes relacionados por diferentes intereses con los Estados Unidos en la región. Durante los primeros dos años en el cargo del presidente Trump, ha habido presidentes proamericanos en Brasil, Colombia, Argentina, Chile y varios otros países. Sin embargo, en lugar de aprovechar la oportunidad para lanzar un acuerdo regional de libre comercio, como lo hizo la Unión Europea de 28 países con el bloque Mercosur de 4 países de Sudamérica el mes pasado, o proponer otras iniciativas regionales para contrarrestar la creciente influencia de China.


Trump prácticamente no ha hecho nada por el estilo, dijo y tiene razón. Trump ha creado una agenda negativa para la región, centrada en la inmigración ilegal, los recortes en la ayuda externa y el retiro de los acuerdos de libre comercio, lo que está causando una creciente hostilidad en algunos sectores, contra Estados Unidos en América latina.


Una encuesta regional realizada por la firma de sondeo Latinobarómetro encontró que el porcentaje de latinoamericanos que creen que sus países tienen buenas relaciones con los Estados Unidos ha disminuido en 10 puntos porcentuales durante los últimos dos años, de 69 % en 2016 a 59 % en 2018.


Desde el inicio de su campaña presidencial, cuando Trump dijo que la mayoría de los inmigrantes mexicanos indocumentados son delincuentes y violadores y se comprometió a construir un muro en la frontera sur, casi todo lo que ha dicho sobre la región ha considerado a los latinoamericanos como "hombres malos''.


Tan pronto como fue elegido, Trump se retiró de la Asociación Transpacífico de 12 naciones, un acuerdo comercial con los países de Asia y América latina de la Cuenca del Pacífico que habría sido el mayor bloque comercial del mundo. Trump también denunció de inmediato el acuerdo del TLCAN con México y Canadá y se retiró del Acuerdo Climático de París de 195 países. Desde entonces, Trump ha renegociado el TLCAN a un acuerdo comercial no muy diferente que aún no ha sido ratificado por el Congreso y recientemente ha amenazado con imponer aranceles draconianos en México a menos que haga más para evitar que los migrantes centroamericanos crucen México hacia la frontera de Estados Unidos.


Los candidatos presidenciales demócratas deben denunciar la agenda negativa de Trump para la región y hacer propuestas positivas que ayuden a todas las partes. 


Como bien dijo Jacobson, Trump ha desperdiciado una gran oportunidad en la región. Pero, más que eso, ha hecho mucho daño al crear una agenda regresiva, con una odiosa retórica que ha hecho retroceder los intereses de los Estados Unidos en la región.

Por Andrés Oppenheimer
Columnista de The Miami Herald y nuevo Herald, Miami, EEUU.