Este martes la empresa Pisté y el Municipio de Rawson hicieron público un convenio por el cual la firma, que se dedica a la producción de pistachos, hará compost orgánico usando residuos de poda. A cambio, entregaron ejemplares de árboles de pistacho que, si bien no dan fruto, crecen rápidamente, no requieren gran cantidad de agua y sirven para la vía pública porque dan buena sombra con raíces profundas.
Maximiliano Ighani, propietario de la empresa e hijo del precursor del pistacho Marcelo Ighani, explicó a DIARIO DE CUYO cómo es el proceso en el que aprovechan la madera de la poda de árboles para hacer un abono rico en nutrientes, que sirve para darle mejor vida a los árboles y que podrían vender.
El primer paso, detalló, es la llegada de las camionadas de madera, ramas y hojas de parte del muncipio. En esta primera etapa firmaron con Rawson y Pocito, aunque no descartan que en los próximos años puedan sumar más departamentos.
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El material orgánico ocupa un gran volumen, por lo que acondicionaron un predio detrás de la planta que tienen en Pocito para el acopio. Las ramas fueron llegando en los meses de invierno, cuando los municipios estaban haciendo la poda preventiva de árboles.
Para que sirvieran para el compostado, debieron usar una máquina que se encarga de hacer la molienda de las ramas de mayor tamaño. Así, explicó el más joven de los Ighani, consiguieron reducir el volumen a un 10% del que tenía cuando llegaron.
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Una vez que los deshechos de poda quedaron en el tamaño adecuado, están listos para recibir otros dos ingredientes que usarán para generar materia orgánica que luego fertiliza el suelo. Primero agregaron cáscaras de pistachos, que surgen del pelado que hacen en la misma planta. Estos no generan procesos de descomposición naturales, pero sí le aportan estructura al abono. Así, pueden tener más espacio para crecer los animales que luego le devuelven el nitrógeno y otros compuestos a la tierra.
Tras esto, desde Pisté están esperando que comience la producción vitivinícola y de tomates, ya que estos les darán materia orgánica fresca y húmeda. Esta se la agregarán a la mezcla de madera molida y cáscaras, lo que producirá el compost propiamente dicho.
Para acelerar el tiempo, ya que en condiciones normales podría demorar un año en generarse el abono, es necesario dar vuelta las pilas de productos. Para eso utilizan una máquina que se se encarga de hacerlo más rápido y efectivo. Así, en tres meses tendrán el resultado deseado.
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El compost que generarán este año estará cerca de las 2.000 toneladas. Ighani contó que una parte irá como está a las fincas en las que producen pistachos, donde ya saben que tienen buenos resultados. “Hicimos algunas pruebas y en terrenos que no tienen ningún tipo de fauna de insectos, donde pusimos compost encontramos un año después que seguían habiendo animales alimentándose del abono y mejorando la tierra”, contó.
Otra parte la tamizarán para agregarlo en los plantines que venden desde la empresa, ya que son el primer proveedor de árboles de pistachos del país.
Con el tiempo no descartan hacer tres veces más toneladas de las que generarán este año y esta parte podrán venderla, ya que en SAn Juan no hay productores de compost en la escala que requiere el sector agroindustrial.
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