A medida que se acerca el nuevo plazo que la Unión Europea (UE) le otorgó a Gran Bretaña para que resuelva la forma en que implementará el Brexit (la salida de este país del ámbito de la UE aprobada por un referéndum realizado hace casi tres años), el tema sigue sin definirse y ya se ha convertido en un gran conflicto, no sólo para los distintos estamentos políticos, sino también para todo el país.


La reunión, celebrada el lunes último, en la que la primer ministro Theresa May intentó, una vez más, que la Cámara de los Comunes le aprobara su propuesta vinculada al Brexit, fue un absoluto fracaso, al no conseguir los votos necesarios. El plan de May para salir de la UE, sin que se generen graves consecuencias para la economía y otras áreas vinculadas con el funcionamiento del país, incluye, entre otras medidas, la permanencia en la unión aduanera y la posibilidad de que el Reino Unido se incorpore al Espacio Económico Europeo y la Asociación Europea de Libre Comercio.


Un referéndum refrendatorio sobre cualquier acuerdo al que se llegue, figura entre las propuestas de May que hasta ahora han sido rechazadas sistemáticamente.


 El rechazo obtenido por May incluyó un pedido de los legisladores para que renuncie a su cargo, lo que agrava la situación institucional por la que atraviesa en estos momentos Gran Bretaña, en víspera de una decisión de trascendental importancia que implicará un cambio de rumbo de este país.


Tras el referéndum de 2017, en el que un 51,7% de los ingleses votó por la separación de la UE, el Partido Conservador y el Partido Laborista prometieron cumplir con la voluntad de la mayoría, pero hasta el momento no han sido consecuentes con esa promesa, demostrando la incapacidad de llegar a un acuerdo satisfactorio vinculado al proceso de ruptura.


Ahora más que nunca Gran Bretaña necesita un plan claro, dejando de lado las idas y venidas sobre un Brexit blando o uno duro, que es otro de los puntos que se han puesto en discusión, al no encontrar la forma de llegar a un acuerdo de cómo concretar la separación de la Unión Europea.


Se dice que una de las democracias más antiguas del mundo está haciendo el ridículo en este tema y se habla de la posibilidad de que se tenga que llamar a elecciones para renovar la Cámara de los Comunes, a fin de contar con legisladores más capacitados para llegar a un acuerdo en este controvertido tema.


También existe la posibilidad de revocar la norma que establece el Brexit, resolviendo un 'no acuerdo o no Brexit'' para terminar con esta caótica incertidumbre.