La chispeante Barbie se retiró con cara por el piso, aunque sin perder el glamour; mientras que el ceñudo Oppenheimer esta vez sonrió y con ganas. Fueron los extremos de la 81ra. ceremonia de los Globos de Oro, la primera gala del año de la industria cinematográfica y la segunda más importante de Estados Unidos detrás de los Oscar' (que se entregarán en marzo), que se vivió como otrora, casi como un renacimiento, ya superadas las dañinas réplicas de la pandemia, la brava y extensa huelga de actores y guionistas de Hollywood y con el volantazo a tiempo de la organización y sus votantes (ahora 300 periodistas del mundo del espectáculo). En el arco dibujado por "Barbenheimer' -como llamaron a este fenómeno de taquilla 2023- hubo de todo un poco: un conductor nada gracioso, una serie que cumplió con lo prometido y se puso la corona, discursos comprometidos con la realidad sociopolítica y también chicaneros... No faltó nada. Volvieron los Golden Globes. 



La gran ganadora

Oppenheimer -del realizador Christopher Nolan, sobre el creador de la bomba atómica- se perfilaba como uno de los reyes de la noche, ya que había conseguido ocho nominaciones y su cosecha fue muy buena: Obtuvo cinco premios, entre ellos los más importantes: Mejor película dramática (categoría que disputaba codo a codo con "Killers of the flower moon", de Martin Scorsese, con siete nominaciones) y los de interpretación para sus protagonistas, Cillian Murphy y Robert Downey Jr. 

"Creo que lo que hace (Nolan) no se parece a nada de lo que hacen los demás", dijo la productora de de la película Emma Thomas, esposa de Nolan. "Saca lo mejor de la gente dando lo mejor de sí mismo", agregó. "Una de las cosas más hermosas y vulnerables de ser actor es que, en realidad, no puedes hacerlo solo. Tuvimos el elenco más increíble en esta película', sumó un eufórico Murphy.


La gran perdedora

Llegó radiante, con su sonrisa Odol y vestida en un rosa chicle, muy a tono con su personaje; pero las cosas no salieron como esperaba Margot Robbie, ni obviamente su directora Greta Gerwig (que dicho sea de paso presidirá el jurado del próximo Festival de Cannes, en mayo)... ¡Ni tantos más!. Líder de la taquilla internacional con más de 1.400 millones de dólares recaudados (es la película más lucrativa en la historia de la Warner Bros) y con nueve candidaturas (la más nominada), tenía el rótulo de "gran ganadora' pegado en la frente. Pero la empoderada Barbie apenas se alzó con dos premios y ni siquiera los principales: uno fue por la canción de Billie Eilish "What was I made for" y el otro -acá no había dudas- lo obtuvo en el nuevo rubro Logros cinematográficos y de taquilla. Eso sí, Robbie, que estaba radiante, dio cátedra de "sótano nunca, siempre terraza'; total, en los cines, la gente la eligió a ella. 



Lo mejor de las series 

Cumplidora, Succession (Apple TV+), no defraudó y estuvo muy cerca de los pronósticos. Recibió cuatro estatuillas, convirtiéndose en la serie más premiada de la ceremonia; pero además, dio el batacazo en los rubros más importantes: Mejor serie dramática (que ya había ganado dos veces antes), Mejor actor de reparto para Matthew MacFadyen y los protagónicos en drama para Sarah Snook y Kieran Culkin, quien -de paso- aprovechó su llegada al escenario para chicanear al actor de The last of us, Pedro Pascal: "¡Chúpate esa, Pedro!", lanzó entre risas. Un cierre de lujo para esta historia que el año pasado bajó el telón y que podría repetir suerte en los Emmy. 

Por su parte, The Bear, sobre las dificultades de ser propietario de un restaurante, ganó el premio a la mejor comedia televisiva y el de interpretación para sus protagonistas Jeremy Allen White y Ayo Edebiri. Y Bronca (Beef), una historia sobre un incidente de ira en la carretera, se llevó el Globo de Oro a la mejor serie limitada. 


Brillaron las estrellas

Desde los actores Meryl Streep y Harrison Ford a Robert De Niro y Jodie Foster, pasando por la conductora Oprah Winfrey (quien entregó el máximo galardón a Oppenheimer), los popes del ambiente -nominados o no- volvieron a pisar la alfombra de los Golden Globes y a darle un espaldarazo con su presencia. Otra fue la cantante Taylor Swift, candidata en una nueva categoría por su reciente "concierto cinematográfico' The Eras Tour, que también llegó a Argentina. 

"No puedo creer que esté en esta sala con toda esta gente a la que he querido tanto, a la que he admirado tanto, durante tanto tiempo. Es irreal", dijo conmovida la estrella de The Bear, Jeremy Allen White. 


La intrusa

El premio que medio mundo creía que se llevaría Margot Robbie por su Barbie, fue a manos de Emma Stone. Ella le arrebató sin más el Globo de Oro a Mejor actriz de comedia cinematográfica o musical por su papel de una mujer fallecida a la que unos científicos reviven, en Pobres Criaturas; que además se consagró como Mejor película musical o comedia. La intérprete agradeció a su pareja, al director Yorgos Lanthimos, al guionista Tony McNamara y a sus compañeros Willem Dafoe y Ramy Youssef.
Completita, también estaba nominada como Mejor Actriz de Drama en serie por The Curse, pero perdió esa pulseada (¿habrá festejado la chica de rosa chicle?). 


Premio histórico

Lily Gladstone ganó como Mejor actriz por Los asesinos de la luna (Scorsese) y saludó en lengua indígena norteamericana, que aprendió en la escuela. "Esta es una victoria histórica", dijo luego. ¿Por qué? Gladstone es la primera mujer indígena en ganar un Globo de Oro. Coronada de aplausos de la concurrencia, explicó: "Acabo de hablar un poco en la lengua de los Pies Negros: la hermosa comunidad, la nación que me crió, que me animó a seguir adelante, haciendo esto (...) Esto es para todos los niños de la zona rural, todos los niños urbanos, todos los niños indígenas que sueñan con verse representados en nuestras historias, contadas por nosotros mismos con nuestras propias palabras'.

¡¿Qué dice señor?! 

El anfitrión, Jo Koy

Las conducciones de los premios son siempre polémicas. Ésta no fue la excepción, ya que el anfitrión Jo Koy abonó la sentencia con creces. Arrancó con lo que se suponía iba a ser una cuota de humor para Openheimer y Barbie, pero lo cierto es que a casi nadie le causó gracia. 

"Mi propósito de año nuevo para 2024 es terminar Oppenheimer en 2025. Me encanta Oppenheimer, sobre todo la primera temporada', lanzó, no escatimando alusiones acerca de que le parecía larga y aburrida. Nada lentas, las cámaras enfocaron al director Nolan, que lejos estuvo de hacerse eco del "chascarrillo'. Algo similar pasó con Barbie, cuando expresó que era una película "basada en una muñeca de plástico con grandes pechos'. Ahí estuvieron de nuevo las cámaras, ahora mostrando a Robbie con sonrisa Pampita: mueca de cera y mirada fulminante. La misma mirada, pero ya sin la sonrisa, se la prodigó Taylor Swift. Es que Jo la gastó diciendo que en los Globos no iba a tener tanta cámara como en los torneos de la NFL, gracias a su relación con Travis Kelce, de los Kansas, porque había otras figuras importantes. 

Molesta, Taylor Swift

El comediante (protagonizó varios especiales de Netflix y la comedia Easter Sunday), que debutaba como presentador de premiaciones y apeló a una fórmula burlona pasada de moda, se ligó incluso algunos abucheos. Estaba claro que no resultaba simpático, entonces en el mismo tren se excusó: "Algunos (chistes) los escribí yo, otros los escribieron otros (...) ¡Conseguí el trabajo hace diez días! ¿Quieres un monólogo perfecto? Cállate (...) Yo escribí algunos de estos y son de los que te estás riendo'.