Mañana estrena en Latinoamérica "The new Pope", la controversial secuela de "The Young pope" situada en el Vaticano, dando vida a pontífices ficticios, sin referencias históricas. El director italiano ganador del Oscar Paolo Sorrentino sube ahora la apuesta con la continuación de la serie con la que debutó en televisión en 2016, que fue casi un tsunami por su irreverencia y provocación a los preceptos de la Iglesia Católica y sobre la que el Vaticano eligió no emitir una palabra.


La producción -que llega a través de Fox Premium a las 23.00- nuevamente tiene como protagonista a Jude Law e introduce a John Malkovich, que será "el nuevo" y la contracara del anterior. 


"The Young Pope" concluyó con el papa desplomándose por un ataque cardíaco frente a una plaza colmada de fieles en Venecia, después de creer ver a sus padres, quienes lo abandonaron cuando era niño y cuya pérdida nunca superó. La trama continúa varios meses después de ese trágico episodio, con el pontífice en coma y con el secretario de Estado, Angelo Voiello (Silvio Orlando), listo para convocar a una nueva elección papal. 


Law interpreta a un papa joven, el primero estadounidense que se convierte en Pio XVIII, impredecible, demasiado invadido por los placeres terrenales, déspota y ultra conservador. En la primera temporada el realizador fue al choque con temas sensibles para el catolicismo y lo hizo de manera descarnada. 


Ahora, Sorrentino trae a la historia a Malkovich, en la piel de Sir John Branno; un aristócrata inglés moderado, encantador y sofisticado, que llega al trono papal como el posible sucesor para convertirse en Juan Pablo III. El reemplazante en The New Pope también será un arma de doble filo para el status quo del Vaticano planteado por el director italiano, que continúa abordando tanto el fanatismo religioso, los milagros, lo sagrado y lo profano, además de los escándalos que persiguen a la Iglesia.