A principio de diciembre se realizó la entrega de premios del San Juan Escribe 2025. En una celebración especial enmarcada por el décimo aniversario del concurso literario se conocieron los sanjuaninos galardonados, tras una minuciosa selección de los textos. Uno de los elegidos fue Gustavo Cabello, un estudiante del profesorado de letras que con su libro “La respiración mínima” se quedó con el primer lugar en la categoría Cuento.

Gustavo recuerda sus primeros contactos con la literatura cuando tenía 8 años. Movido por la curiosidad propia de las infancias no solo leía, sino que se aventuraba a escribir e incluso armaba sus propios libros, pequeños ejemplares manuales y artesanales que contenían sus breves historias. El joven destaca que en aquel momento escribía por escribir, pero en ese momento ni siquiera formaba parte de sus proyecciones tener un vínculo profesional con las letras.

Durante la adolescencia los intereses fueron por otro lado, y aquellos libros que leía y armaba comenzaron a juntar polvo, bajo otros recuerdos de la infancia mientras los años pasaban. El vínculo con la escritura no se cortaría del todo, pero sí dormiría por varios años.

Cuando se encontró ante la compleja tarea de elegir qué carrera estudiar, se inclinó primero por Ingeniería, aunque Letras también formó parte de la consideración. “Entré en Ingeniería y con el tiempo me di cuenta que no me gustaba, que no era lo mío, y terminé eligiendo la otra puerta abierta, que era Letras. Me enamoré de la carrera, de la lectura, de la escritura y todo eso me llevó hasta el San Juan Escribe”, reflexiona el joven que se encuentra en el último año del profesorado.

Gustavo. San Juan Escribe

La primera presentación en el concurso literario fue en 2019. En aquel entonces se encontraban incursionando en la fantasía y la ficción, y como los cuentos siempre le gustaron, comenzó a escribir en ese formato. Ese año fue el mismo en el que comenzó a encontrarse con la escritura de nuevo y si bien no llegó a los preseleccionados, la experiencia le sirvió para poner en valor su trabajo, analizar las herramientas implementadas y ver qué técnicas adoptar para mejorar sus propuestas.

Pasaron los años hasta que volvió a presentarse nuevamente. Cada cosa que escribía lo hacía desde el placer de hacerlo, no pensando en el concurso literario u otras propuestas similares. Mutó de la ficción al terror y le dedicó mayor tiempo y esmero a cada relato que de su imaginación salía. “Tenía muchos cuentos y este año los fui preseleccionando, reescribiendo hasta que quedaron bien a mi parecer. Se lo di a leer a un compañero de la carrera, con quien estamos en concordancia y me dijo que estaba bueno. Eso me animó a enviarlo, pero no me esperaba ganar”, comenta.

Gustavo. San Juan Escribe

Así fue como Gustavo Cabello, el estudiante del profesorado de Letras de 30 años ganó por primera vez un San Juan Escribe, en la categoría Cuento.

“Voy a estar rodeado de libros para toda la vida, enseñando en el secundario o la universidad, construyendo espacios donde la literatura tenga más lugar más peso, siempre abriendo puertas. El reconocimiento del San Juan Escribe te anima a decir que lo que estás haciendo esta bueno. A lo que me quiero dedicar es a la investigación de la literatura y de la enseñanza. Si todo sigue bien y puedo seguir escribiendo, me gustaría golpear puertas en editoriales menores para arrancar y ver qué sucede”, reflexiona Gustavo.