Por Celeste Roco Navea

A principio de diciembre se realizó la entrega de premios del San Juan Escribe 2025. En una celebración especial enmarcada por el décimo aniversario del concurso literario se conocieron los sanjuaninos galardonados, tras una minuciosa selección de los textos. Uno de ellos fue Juan Pablo Cáceres, quien logró el segundo lugar en la categoría Cuento con su propuesta “Barro, tal vez”.

Desde muy chico la literatura estuvo presente en su vida de distintas maneras. Fue su madre, en una primera instancia, quien antes de dormir adoptó la costumbre de leer cuentos que invitaran al sueño y al descanso. Con el paso de las noches, los cuentos comenzaron a repetirse y tanto Pablo como sus hermanos, con quienes compartía esta hermosa tradición familiar, comenzaron a pedir otras historias.

Rebuscando entre lo que se podía compartir antes de dormir, la madre de Juan Pablo comenzó a narrarles historias de la mitología griega, escandinava, leyendas antiguas, aventuras de exploradores y un sinfín de mundos que comenzaron a alimentar la cabeza del sanjuanino que siendo un niño comenzó a sentir esa extraña necesidad de escribir, de contar historias.

“Empecé a escribir en la primaria. La narración era lo que me salvaba en Lengua y Literatura, porque el análisis sintáctico se me daba bastante mal. Escribía historias disparatadas: aventuras de perritos o de hormigas que nos salvaban de invasiones alienígenas. A mis maestras les encantaba… ¡y a mí eso me ayudaba a equilibrar!”, comenta entre risas.

A medida que fue creciendo, la escritura se volvió parte de su vida, pero de una manera más relajada. Sobre ello, Juan Pablo reconoce que nunca escribió de forma sistemática o seria, pero sí tenía la sensación de que había algunas de sus historias que pedían ver la luz, ser leídas e interpretadas por otros, tener una entidad propia, por fuera de la imaginación del escritor.

Fue así como llegó la primera presentación en el concurso literario durante el año pasado. Sobre la experiencia, el sanjuanino recuerda que se trataba de una propuesta que había desarrollado “bastante a las apuradas”. “La escritura la retomé hace poco, en realidad no escribía desde la universidad”, detalla.

Sucede que como a muchas personas le debe pasar, a veces las dinámicas propias de la vida diaria postergan algunos deseos y sueños. Juan Pablo es diseñado digital, comunicador y se dedica al marketing, desde una mirada ética y responsable. Ello le lleva su tiempo y dedicación, siendo la escritura una especie de cable a tierra que termina volcando en su blog. (www.juanpadigital.com)

Este año, ante una nueva edición del San Juan Escribe, animado por su compañera que es el rubro comenzó a darle cuerpo a una historia con tiempo y dedicación. Así, tomando varios relatos que había elaborado algún tiempo atrás, comenzó a darle forma a lo que sería “Barro, tal vez”.

Sobre la inspiración detrás de propuesta literaria, el sanjuanino comentó: “Estaba atravesando la despedida de una casa muy antigua, un espacio cargado de aprendizajes y de sentido a lo largo de toda mi vida. A eso se sumaban historias que me acompañaban desde siempre: los relatos sobre el terremoto del ’44 y los que le siguieron, que de chico me impactaron mucho a través de las voces de mis abuelos y de otras personas mayores del barrio”.

Y continuó: “Saber que la casa de mis abuelos, la villa donde estaba emplazada, el club y otros lugares habían sobrevivido a tres terremotos siempre me resultó asombroso. El libro fue tomando forma al poner todo eso en diálogo: relatos a medio camino entre la ficción y lo histórico-periodístico, atravesados por mis propias vivencias en esa casa, desde la infancia hasta el día en que la dejé. De algún modo, escribir fue la manera de ordenar y darle cuerpo a todo eso que llevaba dentro”.

La sorpresa, como le pasó a varias de las personas que se presentaron en el concurso, llegó cuando le comunicaron que había quedado entre los preseleccionados. Para Juan Pablo, este concurso en particular es muy importante debido a que significa un espacio de encuentro y legitimación de la palabra propia; además de invitar a aquellos escritores que tienen sus historias bajo siete llaves por temor o inseguridad a animarse y sacar a relucir la escritura para que vean la luz.

Quedar entre los ganadores fue algo que Juan Pablo no esperaba.

“Me gusta la idea de seguir escribiendo, y el reconocimiento recibido es un impulso para continuar. Veo la escritura como una manera de honrar a mi madre, que me transmitió el amor por la literatura, a los maestros y maestras que me alentaron en la educación pública, y a los escritores y escritoras, tanto sanjuaninos como de la literatura universal, que alimentaron mi imaginación y mi curiosidad por las artes, las ciencias y la historia. Es una forma de darle palabra a memorias y sentimientos que me acompañan desde siempre, de nombrar esos sueños fantásticos para que no se pierdan al poco tiempo de despertar, y de dejar nuevas historias a mis sobrinos, sobrinas y a mi hija, siguiendo la tradición de mi madre. Y, por supuesto, para seguir escribiendo junto a mi compañera de vida”, finalizó Juan Pablo Cáceres.