Dos cuestiones se evidenciaron en la victoria 1-0 de Colón ante Gimnasia: una, que Eduardo Domínguez es un gran entrenador; dos, que el delantero juvenil Facundo Farías es un futbolista que conviene disfrutar porque más temprano que tarde se irá a una liga top de Europa.
Buscó y buscó Domínguez. Movió el banco y modificó el esquema. Le costó a Colón aprovechar la superioridad numérica que tuvo en toda la segunda parte por la expulsión de Insaurralde en el Lobo. Pero le dio vuelta al asunto el Barba y logró el gol a los 33 minutos, tras una habilitación de crack de Farías y una definición al ángulo del ingresado Meza.
Pasó poco y nada en la primera parte. Intentó más Colón, que manejó mejor la pelota aunque se repitió en remates desde afuera del área, especialmente de Cristian Ferreira. La mejor situación fue un tiro libre de Gonzalo Piovi que Rey mandó al córner.
Pero cuando la primera parte se extinguía, apareció el protagonismo del árbitro Fernando Espinoza. Ocurrió que Domínguez, delantero del Lobo, cayó en el área luego de un cruce de Garcés. Fue una acción muy finita y el juez no cobró. El volante Insaurralde protestó y recibió la segunda amarilla. El banco de Gimnasia explotó. “Lo echás porque es un pibe”, le gritó el entrenador Mariano Messera. “Acá no hay pibes; esto es Primera División”, se defendió el polémico Espinoza.
El complemento, como se esperaba, fue todo de Colón. Aunque se insiste: le costó mucho generar situaciones. Tuvo el control del balón y del espacio, pero no halló caminos para inquietar a Rey. El Sabalero terminó jugando con cuatro delanteros (Farías, Leguizamón, Beltrán y Pierotti) y un enganche (Formica). Y de tanto ir, el premio apareció.
Fue un golazo, además. Beltrán guapeó entre dos por la derecha y tocó para Farías, que de media vuelta y tres dedos puso a correr a Meza por el otro sector. Lo que siguió fue una genialidad: un recorte con un toque y un derechazo al ángulo para el 1-0 definitivo.