El Velódromo Vicente Alejo Chancay comenzó este miércoles a llenarse de adrenalina con el Panamericano de ciclismo en pista que por primera vez tiene como escenario a la provincia. Si bien los protagonistas principales son los ciclistas, sus bicicletas, esas máquinas incalculables en su monto pero seguramente tarifadas en varios millones, son las "mimadas" antes de salir a escena.

Mientras los ciclistas salen de sus boxes y realizan los movimientos previos antes de salir a competir, las bicis son propiedad de los mecánicos, auxilios y comisarios. Los primeros se encargan de afinar los detalles de manera que los cambios y las multiplicaciones estén dadas para correr, después los auxilios con paño y cepillo en mano, le sacan el mínimo polvillo que las bicis puedan tener para que, a la hora de salir a la pista, salvan relucientes. 

Después llega el turno se los comisarios, que posan las bicicletas en una balanza ultra moderna que determina si la bici está apta para correr. Después de las verificaciones, ahora sí, las máquinas quedan listas para la acción.