En el amplio abanico de lugares por los que se pasea la magia del ciclismo en ruta, esta tarde le toca al noreste. Con la Vuelta a San Martín se van tachando puntos de la geografía provincial que toca la pasión ciclista. En las seis fechas que se llevan disputadas de la temporada ya han recibido la visita dos Departamentos sureños, Pocito y Sarmiento. Rivadavia acaparó, la presencia hasta ahora del Oeste. Los vecinos de Albardón, al Norte, y Caucete, al Este, ya vibraron con el raudo paso del enjambre multicolor.

La carrera que organiza la subcomisión de ciclismo del Club Atlético San Martín tendrá un 90 por ciento de su recorrido en el Departamento homónimo a la entidad deportiva, pero transitará por Capital y Chimbas hasta entrar al terreno sanmartiniano, propiamente dicho.

Por el trazado es una carrera de las consideradas "rápidas", de esas que suelen ser pan comido para el grupo grande dentro del que los peones y rodadores de los equipos van cuidando las piernas de sus hombres veloces porque, al fin de cuentas, será entre ellos de los que saldrá el ganador.

Aún cuando se transita por varios tramos de ruta abierta, la mayor parte de la prueba se desarrolla en un circuito, donde las distintas curvas proponen cambios de ritmo que afectan más a quienes marchan en fuga porque en ese devenir de frenar y salir nuevamente se desgastan más rápido las piernas de los escapados que las de aquellos que van cobijados entre camisetas de distintos colores, que tienen la posibilidad de retardar más su momento de ponerle la cara al viento y cuando lo hacen están más frescos y enteros que aquellos que se aventuran a romper el trámite.

La pasada edición fue ganada por Adrián Richeze, vistiendo la casaca de la Agrupación Virgen de Fátima. Se definió en un embalaje masivo en el que el menor de los hermanos de la triunfal dinastía de Bella Vista fue lanzado por su hermano Mauro.

Para esta tarde, de no mediar un terremoto que ponga patas arriba la carrera, la definición será entre los más veloces.