Luego del 0-0 con All Boys, se produjo en el Hilario Sánchez una reprobación importante por parte del público, en algo inédito en el Apertura. Pero las críticas no quedaron ahí, pues un experimentado dirigente como Adolfo Antuña, disparó contra los futbolistas y Garnero. En el día después, Federico Poggi manifestó su disgusto con estas declaraciones al subrayar que no suman hacerlas de forma pública. Comprendió la reacción de la gente y explicó los motivos de su salida en el complemento, algo que se le recriminó al DT.

-¿Qué sensaciones tenés después del empate?
-Sensaciones encontradas. Por un lado, la bronca de haber dejado pasar una gran chance ante un rival directo y por el otro, el tema de saber que no hicimos un buen partido.

-Se le reprochó mucho a Garnero tu salida, ¿por qué se dio el cambio?
-Yo se lo pedí. En esta semana tuve un poco de gripe y me sentía débil desde que arrancó el segundo tiempo. No quería caerme redondo en la cancha y por eso decidí pedirle el cambio al técnico. Tenía mareos, las piernas me temblaban y no daba más. Incluso, anoche (por la madrugada del sábado) estuve hasta las cuatro de la mañana tratando de dormir y tomando líquido para no deshidratarme.

-¿Cuál es la manera en que se deben tomar las críticas de la gente y las dirigenciales?
-Las separo. Lo del hincha es algo comprensible, porque paga una entrada y tiene su derecho a insultar si lo que ve no le gusta. Yo tengo experiencia y sé que eso va a pasar siempre y cuando los resultados no lleguen. El tema de las críticas de un dirigente o varios ante la prensa no es la mejor manera de hacerlo. Si alguien quería decirnos algo así, lo mejor es hablarlo puertas adentro y no que se entere todo el mundo.

-¿Cuán importante es el partido ante Olimpo?
-Trascendental. Se trata de otro rival directo y pienso que si metemos una victoria eso va a cambiar todo de cara a los últimos tres partidos del año. Debemos ser inteligentes y pensar que en cualquier momento lo podemos ganar.