Con un equipo alternativo y la cabeza puesta en Porto Alegre, River cortó la mufa y le ganó 1-0 a Aldosivi en el Monumental. Además de Gremio, venía de caer con Colón en el plano local y, más allá de que había que cuidar soldados, perder más puntos lo dejaba relado en la Superliga. Por eso es importante el triunfo, en el que no le sobró nada desde el juego, pero recuperó confianza antes de ir a jugarse la vida a Brasil por la Libertadores. El gol fue una genialidad del chico Cristian Ferreira, uno de los últimos valores surgidos en las Inferiores.

Amén de contar con jugadores de probada jerarquía, la falta de continuidad suele pesar en este tipo de encuentros, en los que Gallardo cambia a todas las piezas juntas, excepto a Armani. Mucho pelotazo para que se arreglen Pratto o Mora, centros a nadie y Nacho Fernández a media máquina. Lo mismo De La Cruz, que definió mal en la que tuvo y al toque tuvo que pedir el cambio por una molestia. Lesión con suerte, si tal cosa existiera, ya que en su lugar ingresó el pequeño héroe de River.

La historia se allanó para el equipo de Gallardo en el arranque del complemento, cuando Galeano se fue expulsado por un patadón a Pratto (antes le había entrado a De La Cruz): acertó el árbitro Merlos. El dominio de River pasó a ser total y el gol, una obra de arte de Ferreira, no tardó en caer. El pibe metió un caño y sacó un bombazo espectacular, directo al ángulo.

Pero ni ahí se pudo relajar River, porque Martínez Quarta también se fue expulsado (exagerada roja directa de Merlos) y quedaron los dos con diez. El final también fue malo, más allá de algún intento de Julián Alvarez, otro talento del semillero, que esta tarde tuvo su debut oficial.

River le ganó a Aldosivi por un golazo y el Monumental terminó cantando por la obsesión copera, con Gallardo arengando desde abajo y la gente confiando en las tribunas. Energía positiva antes de ir a Brasil, donde tendrá una prueba durísima, de esas que más lo motivan al Muñeco.