La de Carlos Tevez no fue una infancia fácil. O feliz. Pero el precio ritual de convertirse en una leyenda es el de una vida difícil. Entre la marginalidad, el abandono, la familia y la pasión irreductible por la pelota, Carlitos pasó de los torneos de baby fútbol en All Boys a jugar en Boca Juniors a fuerza de talento, sacrificio y sueños. Y esa historia la cuenta Apache, La Vida de Carlos Tevez, la biopic seriada de la que acaba de estrenar Netflix.

El tráiler lo muestra muy bien. El mito nació en Fuerte Apache de Juan Alberto Cabral y Fabiana "Trina" Martínez, que lo abandonó a los seis meses. A sus 10 meses, el destino lo volvió a marcar. Una pava con agua hirviendo se derramó encima suyo, provocándole quemaduras de tercer grado. El bebé fue llevado al hospital, pero envuelto en una manta de nailon, la quemadura empeoró y Carlos estuvo en terapia intensiva durante casi dos meses. Las cicatrices quedaron hasta hoy: una marca desde la oreja derecha al pecho.

Cuando se recuperó, Carlitos quedó a cargo de sus tíos maternos, Adriana Martínez y Segundo Tevez, que vivían en el primer piso de la Torre 1 de Fuerte Apache. Fue en ese Barrio Ejército de los Andes -un bastión de monoblocksconsiderado uno de los más peligrosos del Gran Buenos Aires- donde dio sus primeras patadas prodigiosas en canchitas de tierra, en el club Santa Clara. Fue también ahí donde mataron a su padre de 23 balazos en un tiroteo. Carlitos tenía 5 años.

De ahí, el resto es historia. Después de impresionar a los reclutadores del club All Boys, Tevez (apellido de su tío que asumió en su adolescencia) empezó su carrera meteórica en el fútbol argentino que se consagraría en la primera del Xeneize primero y en los clubes de Europa después.

En el breve minuto y medio del tráiler de Apache, podemos ver todas las piezas de esta historia que se desarrollará en ocho episodios de 60 minutos dirigidos por Adrián Caetano. Y entendemos que la origin story del ídolo que recibió su nombre por el barrio en el que nació y que lo formó está atravesada por sus padres (biológicos y adoptivos), sus hermanos (ídem), amistades, y entrenadores que también aparecen en la serie.

Gran parte de los aciertos de Apache pasa por el fichaje, en el que ya deslumbra Balthazar Murillo, el Carlitos versión infantil que juega en el club argentino de Comunicaciones. El elenco lo completan Sofía Gala como Fabiana Martínez, Patricio Contreras como su abuelo, Vanesa González y Alberto Ajaka como sus papás adoptivos, y Diego Pérez en el rol de Ramón Madoni, el reclutador.

Parecerá una telenovela del primetime, pero lo cierto es que la serie se aleja bastante de las fórmulas edulcoradas que dramatizan de más episodios de la vida de las celebridades (ya lo vimos en Luis Miguel, la serie). De hecho, quizá el gran diferencial que separa a Apache del resto de las biopics que pululan en las pantallas del streaming es que el mismísimo Tévez supervisó la serie y hay un enorme esfuerzo por que la historia sea real y cercana. Y eso incluye la cercanía con la delincuencia. En eso, Apache demuestra ser un relato sobre mucho más que la biografía de un jugador de fútbol: es una radiografía de la marginalidad, la violencia, las dinámicas familiares complejas y la pasión por el deporte y los sueños que obran como rescate para tantos jóvenes en situaciones vulnerables.

Apache estrena el próximo 16 de agosto y será entonces que conoceremos la otra cara (la cruda, la real) de Carlitos Tévez, el jugador del pueblo.