Ni el más optimista le puso una ficha a Lionel Scaloni. El que diga lo contrario, probablemente carezca de pruebas. Es que no debe ruborizar a nadie que esa confianza inquebrantable del último tiempo nada tenía que ver con aquella incertidumbre total del inicio. ¿Qué hacía un entrenador joven, sin experiencia ni respaldo, dirigiendo a la Selección argentina?

Hoy Claudio ‘Chiqui’ Tapia podrá decir que es "toda de él". Y puede ser. Pero también alguna vez alguien tendrá que contar si los técnicos consagrados (Gallardo, Simeone o Pochettino) le dieron la espalda a la Selección argentina o fue el presidente de AFA que vio en Scaloni lo que nadie.

Pero mostró desde el principio que era simple, cercano a los jugadores y sin estridencias. Un tipo simple que supo encarar la tan mentada renovación y que mostró firmeza desde el principio. No desde la pedantería o el puesto, sino desde el pragmatismo. Jugaba el que estaba mejor y no se casaba con nadie. Salvo Messi, que es distinto a cualquiera de los mortales que patean una pelota, a los demás los metió y los sacó, incluso en pleno Mundial. Y la todavía fresca tinta de la historia dirá que cada cambio resultó y el título del mundo es prueba irrefutable. Sí, los resultados mandan, y le dan la derecha al santafesino.

Y en eso de sumarle méritos al sanjuanino Tapia, también está el de haber rodeado al inexperto Scaloni de otros que,no tenían pergaminos como DT, pero conocían de qué está hecha una Selección y, principalmente, de qué está hecho un jugador argentino.

Por eso los Aimar, los Samuel y los Ayala también son parte de este logro, el máximo en 36 años. Pasaron generaciones de jugadores y nada, y este joven cuerpo técnico logró lo que no pudieron los Basile, Pasarella, Bielsa, Pekerman, Maradona, Sabella y Sampaoli.

Por eso y por más, es que Scaloni rompió todos los libros. Su primera experiencia como técnico profesional fue con la Selección argentina, y se alzó con una Copa América, una Finalíssima y, la más importante de todas, una Copa del Mundo.

De Pujato para el mundo. Lionel Scaloni desde hoy se coqueteará con los grandes de la historia, lugar que ocupaban hasta hace unas horas Menotti y Bilardo, dos leyendas. Y es más, el flamante campeón del mundo tiene la Copa América que los otros dos no la ganaron.