Decir Argentina-Brasil en cualquier deporte es prometer espectáculo. Es anticipar emociones y ofrecer mínimamente intensidad, adrenalina. Mucho de todo eso tuvo el superclásico sudamericano que se jugó en un “Cantoni” repleto pero nos dejaron con las ganas de algún gol, sabiendo y aclarando que en este nivel de futsal, con tan mínimos margenes de error, todo está más que medido, cuidado y estudiado.

Pero Argentina y Brasil terminaron entregando un clásico intenso pero incompleto por la falta de gol, pero ajustado en los méritos a lo que uno y otro hicieron. Un primer tiempo en el que Brasil fue más y un complemento en el que Argentina se pudo soltar y generó lo mejor de todo el juego, incluyendo situaciones clarísimas de gol que solamente la sensacional labor del arquero Thiago Rocha salvó. El punto no terminó siendo mal negocio desde lo estadístico para los dos, sabiendo que esta noche se definirá la clasificación a las semifinales.

De ajedrez, con todo detalladamente medido, el clásico empezó con Brasil más cómodo en el manejo de la pelota y con Argentina tratando de presionar arriba. El pivoteo de Rafael Dos Santos y la potencia de los morenos Arthur y Weverson fueron problema para el equipo de Giustozzi aunque no pasó demasiados sobresaltos. En ofensiva, Argentina tuvo una chance de cabeza con Borruto pero no definió.

En el complemento, Argentina fue otro porque se soltó Vaporaki, creció Cuzzolino y apareció la potencia de Borruto para encarar a toda la defensa de Brasil. Así empezaron las opciones. Una de Constantino Vaporaki que tapó Thiago Rocha, otra de Cuzzolino, un corner que desvió Rosa y luego otra a Borruto. Esas fueron netas de Argentina y merecieron terminar en gol pero las dejó escapar.

Brasil se recuperó, emparejó en el tramo final y soltó a su arquero para ir a buscar el gol del triunfo. Probó dos veces y no pudo con Sarmiento pero ya no quedaba tiempo para mas.
Pasó el superclásico. A cancha llena, con un espectáculo sensacional en las tribunas y con futsal de primera calidad aunque al futbolero le quedó faltando ese grito sagrado del gol que completa la mejor puesta en escena que se pueda generar. Una deuda que seguramente pagaran en la pelea por el título, con seguridad.

La figura en los dos arcos


Impresionante. Responsable absoluto de la paridad y de haberse bancado el mejor momento de Argentina que fue en el segundo tiempo. Es que el arquero Thiago Rocha terminó siendo la figura de la cancha porque sacó tres pelotas que eran gol pero además se animó a buscar en los minutos finales el gol del triunfo.

Del lado Argentino, la calidad de Cuzzolino, la potencia de Cristian Borruto y algunos destellos de Constantino Vaporaki terminaron siendo de lo mejor en el clásico que recién calentó motores en el complemento. Le faltaron minutos a Eduardo Villalva, uno de los que está llamado a hacer la diferencia dentro de un partido sumamente parejo donde un error era derrota.