Patricio Pioli es el tatuador sanjuanino acusado de divulgar fotos y vídeos con su ex pareja mientras mantenían relaciones sexuales. El caso sienta un importante precedente sobre la violencia de género online o mal denominada “pornovenganza”.

El caso, que se investiga en la provincia de La Rioja, tiene a Pioli contra las cuerdas por el delito de lesiones leves agravadas por el vínculo. La medida se dio previa elevación a juicio, que se estima, será este año. Mientras tanto, el joven continuará en libertad.

La abogada de la víctima, Soledad Varas, dijo que “la fiscalía dice que las lesiones psicológicas y la situación emocional que produjo el hecho deben ser considerados como lesiones leves agravadas por el vínculo”, dijo a nuestro medio.

El tema estalló a fines de junio en 2017, cuando el acusado fue arrestado. El tatuador trabajaba en dos locales de San Juan y La Rioja, y su ex pareja lo había acusado de divulgar sus fotos íntimas luego de la separación. El juez ordenó su excarcelación una semana después debido a que los delitos por los que está acusado tienen penas leves.

Mientras los familiares y amigos de Pioli usaban las redes sociales para atacar a la víctima, empezaron a circular varios audios en las redes que fueron aportados a la causa. Allí se escucha a un hombre, que según la querella es el imputado, amenazando a la denunciante. “Te voy a hundir, te voy a destrozar la vida”, le dice en uno. “Mirá, hija de p…, te voy a matar”, la amenaza en otro.

En la indagatoria Pioli se había negado a declarar. No obstante, su estrategia mediática había sido instalar la idea de que le habían robado el teléfono donde estaban las fotos y los videos. Lo aseguraron sus abogados y su hermana en declaraciones a varios medios, a los que dijeron que un sujeto había entrado a su local y se había apoderado del celular, y subrayaron que la denuncia estaba hecha.

Sin embargo,  se reveló que Pioli nunca hizo la denuncia, sino una mera exposición policial posterior a la divulgación de las fotos.Tampoco declaró que le habían robado el celular, sino que lo había perdido. Dijo, además, que él no había publicado las fotos.

Unos días antes, Pioli se había presentado ante el juez para ampliar su indagatoria. Esta vez sí habló, aunque no contestó preguntas de la abogada querellante, Soledad Varas. Además de ratificar el robo del celular, el tatuador apuntó contra los supuestas “problemas psicológicos” de la denunciante y negó que la voz que se escucha en los audios sea la suya.

Por el momento, la legislación de Argentina no tiene ninguna norma que regule directamente la violencia de género online. Por eso el juez Farías había procesado a Pioli por el delito de “coacción” que figura en el último párrafo del artículo 149 del Código Penal y que establece una pena de dos a cuatro años de prisión al “que hiciere uso de amenazas con el propósito de obligar a otro a hacer, no hacer o tolerar algo contra su voluntad”.

Fuente: El Federal de La Rioja