Este viernes, mediante un juicio abreviado del sistema de Flagrancia, los hermanos Lucas Quinteros y Carlos Olivares fueron condenados a 3 meses de prisión por robarle a una enfermera en un hospital, pero como les revocaron antiguas penas condicionales ambos recibieron un castigo único de 3 años y 2 meses de cárcel efectiva.

El hecho se produjo en la mañana del último jueves. Quintero y Olivares fueron hasta el Centro de Salud Villa Constitución en Pocito. El primero de ellos fue atendido por una enfermera y, luego de realizarle curaciones en una herida, salió de la sala para ir a solicitar una receta con medicamentos, dejando su celular en su escritorio.

El momento fue aprovechado por los hermanos para delinquir: Quintero tomó el celular, ambos abandonaron la sala y luego el Centro de Salud. Al volver, la enfermera notó que faltaba el teléfono, por lo que le avisó al guardia de seguridad.

El hombre salió a la vereda y les gritó a los hermanos, pero estos no detuvieron su marcha. De inmediato ingresó al centro sanitario y le prestó su celular a la damnificada para que llamara al 911. Personal policial comisionado por el operador de CISEM encontró a los sujetos por las características aportadas en la vereda de su domicilio, en la esquina de la Manzana H del Barrio Huarpes. Al requisar a Quintero,  los policías encontraron el celular de la víctima escondido entre sus ropas a la altura de la pelvis.

En ese momento Quintero se ofuscó y comenzó a lanzar golpes de puño y patadas contra los policías. Por su lado, Olivares tomó una piedra del suelo, la estrelló contra la moto y se dio a la fuga, siendo aprehendido a los pocos metros. 

El procedimiento debió trasladarse a sede jurisdiccional debido a las hostilidades en el lugar, ya que vecinos arrojaron objetos contundentes contra los efectivos policiales. Luego, en la comisaría, Olivares amenazó de muerte a un policía mientras esperaba que le realizaran el Visu, amenaza que reiteró desde el calabozo.