Un acto de brujería dejó sin palabras a una mujer que se topó con una escena macabra al llegar a su casa: dentro de una caja con arena había una cruz de sal, maíz y una foto de ella junto a una de su hijo. Tenían manchas de sangre y alfileres clavados.

Paula Liuzzi, la víctima de este horrendo ritual, no salía de su asombro por lo que decidió avisar a los vecinos y luego llamar a la policía para que investigue quién dejó eso en el ingreso de su domicilio.

Liuzzi es una mujer con una dura historia, en virtud que hace algunos años perdió a su hija Francesca en un accidente de tránsito donde también murió la abuela de la menor.