Cinco de los 10 sospechosos fueron identificados esta tarde por los testigos como participantes del mortal ataque a Fernando Báez Sosa. Fuentes vinculadas con la investigación confirmaron al diario nacional  LANACIÓN, que los amigos de la víctima y otras personas que presenciaron la agresión pudieron señalar a Máximo Thomsen como uno de los principales atacantes, individualizado como quien golpeó al adolescente de 19 años cuando este estaba en el suelo; también trascendió que los testigos apuntaron a Ciro Pertossi como agresor de uno de los amigos de Fernando, un joven que recibió fuertes golpes y también fue pateado cuando estaba caído. A Tomás Comelli lo marcaron como integrante de la patota, mientras que Matías Benicelli fue identificado como la persona que arengaba con gritos al resto de la patota para que golpease con mayor dureza a Fernando. No trascendió aún el nombre del quinto atacante identificado en la segunda jornada de ruedas de reconocimiento, trámite judicial que aún continúa en Villa Gesell.

Ayer, otros testigos habían reconocido a Máximo Thomsen y Tomás Comelli como los autores de la golpiza que mató a Fernando Báez Sosa, el sábado pasado, a la madrugada, a la salida del boliche Le Brique, en Villa Gesell. Los testigos también señalaron en la primera jornada de reconocimiento como agresor a un tercer imputado,aunque con dudas en ese caso, que habría sido identificado como Luciano Pertossi, quien podría ser indagado como supuesto coautor.

Thomsen, Ciro Pertossi, Comelli y Benicelli fueron identificados hoy en ruedas de reconocimiento en las que no estuvieron presentes esos acusados, sino que los testigos tuvieron que marcar los rostros de los agresores de Fernando en fotografías. Las imágenes de los detenidos fueron presentadas junto con las de otros jóvenes de similares características físicas. Según las fuentes que conocieron los detalles de esta jornada, los testigos no tuvieron dudas al señalar a los sospechosos.

Esos cuatro acusados serán sometidos desde hoy a reconocimientos fotográfico en lugar de presenciales, debido a que después de seis días detenidos perdieron el bronceado y se complica conformar las rondas, informó el querellante Fabián Améndola. El pedido fue realizado por la defensa de los imputados.

El abogado que representa a los padres de Báez Sosa, de 19 años, aseguró que esta medida fue solicitada porque "los chicos, con estos días que han estado encerrados, han perdido el color tostado de la piel y las personas que han encontrado para conformar las ruedas están mayormente bronceadas".

"Eso era una complicación, así que no hubo inconvenientes en que se realicen algunas de estas medidas de manera fotográfica", señaló el letrado este mediodía, según consignó Télam, en el marco de la segunda jornada de ruedas de reconocimiento de los 11 imputados por el crimen, solicitadas por la fiscal del caso, Verónica Zamboni.

Antes de comenzar las ruedas de reconocimiento, la fiscal había acusado como coautores del brutal homicidio a Máximo Thomsen y Ciro Pertossi, mientras que imputó como partícipes necesarios a los otros ocho jóvenes de Zárate que compartían la vivienda de vacaciones en Villa Gesell. Pablo Ventura, el remero que había sido arrestado al ser acusado por los otros imputados, fue dejado en libertad, pero aún no se definió su situación procesal, por lo que también participó de la rueda de reconocimiento. Trascendió que en estas dos jornadas ningún testigo señaló a Ventura como parte de la patota asesina. Es probable que al terminar este trámite judicial, que incluye las jornadas del lunes y martes para completar casi 130 rondas de identificación, Ventura será desvinculado de esta causa.

Améndola, abogado del estudio de Fernando Burlando, que representa a la familia de Fernando Báez Sosa, consideró que los diez detenidos "son coautores" del homicidio y participaron de " un único hecho que tuvo por único designio producir la muerte" del joven, futuro estudiante de Derecho. "Uno apretó el gatillo, pero todos tenían el arma, todos dominaron el hecho y participaron para que esa persona pudiera dar ese último golpe", afirmó Améndola.

La pena para todos los implicados podría alcanzar la prisión perpetua.