Silvia Verónica Maldonado, de 17 años, madre de una niña de dos años y de un bebe de solo un mes, está internada con diagnóstico de muerte cerebral tras haber recibido un tiro en la frente efectuado por un efectivo de la policía provincial durante un confuso procedimiento que, a posteriori, desató encendidas protestas de partes de familiares y vecinos de la víctima. Hubo pedradas, balas de goma tanto en el lugar del hecho, anoche, como frente a la comisaría de la zona, esta tarde. Por estas horas, la situación parece calma, pero en un clima de altísima tensión en el barrio Jorge Newbery, en el norte de esta capital.

Hay ocho policías detenidos, entre ellos, el cabo 1° José Abraham, que, según fuentes judiciales, confesó haber sido el autor del disparo, aunque sostuvo que había abierto fuego con su arma reglamentaria cuando se le trabó la escopeta con postas de goma, en un contexto en el que los uniformados que realizaban el operativo presuntamente eran objeto de agresiones con piedras y otros objetos por parte de vecinos que se resistían la intervención uniformada.

La hermana de Silvia, en declaraciones al diario local El Liberal, afirmó: "El policía que le disparó me dijo 'mirame bien a la cara, yo soy el que le metió el cuetazo a tu hermana'".

El gravísimo hecho sucedió ayer cuando caía la tarde en la zona norte de la capital provincial. Una mujer denunció en la seccional 5ta. del barrio Jorge Newbery que le habían robado una soldadora y un taladro; aportó a los policías las identificaciones de los supuestos ladrones. Uno de ellos sería pareja de una tía de Silvia Maldonado.


 

La policía se dirigió al barrio Gas del Estado con la intención de dar con las personas indicadas. Según informaron los propios efectivos, empezaron recibir agresiones desde distintos lugares por parte de los vecinos, ante lo cual efectuaron disparos con postas de goma. Sin embargo, y por causas aún no esclarecidas, uno de los policías abrió fuego con su arma reglamentaria y le dio un tiro en la frente a la adolescente.

La versión de los familiares de la joven baleada es distinta, ya que afirman que la policía pretendía ingresar en su casa, situada en Teodoro Fells al 1800, con la intención de dar con los supuestos ladrones y los objetos robados, pero que cuando Silvia los atendió y les pidió que mostraran una orden de allanamiento, reaccionaron y la tomaron de los pelos. Vecinos que advirtieron la situación arrojaron ladrillos a la partida policial y los uniformados, entonces, abrieron fuego.

"La policía anduvo desde temprano en la zona, ya que a un vecino le habían robado una amoladora. A la noche llegaron a mi casa y fueron atendidos por Silvia, quien les pidió que le mostraran la orden de allanamiento", dijo la hermana de la víctima.

"Ellos la han agarrado de los pelos y mis vecinos, para defenderla, comenzaron a tirar ladrillazos", agregó Paola Morales, la madre de la menor. Fue entonces cuando su otra hija afirmó: Cuando los vecinos tiraron los ladrillos, ellos sacaron sus armas y dispararon. Todo fue muy violento. El policía que le disparó me dijo: `Mirame bien a la cara, yo soy el que le metió el `cuetazo´ a tu hermana".


 

El cabo 1° Abraham, confeso autor del disparo, fue detenido junto a otros siete uniformados que están a disposición de la jueza Leguizamón y el fiscal Ramón Alfonso.

Silvia había sido mamá por segunda vez hace un mes y tuvo su primer hijo hace dos años. La madre de Silvia, entre lágrimas y a la espera de un milagro, afirmó: "Los vecinos les pidieron a los policías que pararan para que la llevaran a mi hija al hospital y no lo hicieron. Cuando yo llegué a casa un vecino mío estaba llevando a mi hija en su moto, con la ayuda de otros vecinos que le iban abriendo paso hasta el Hospital Independencia, desde donde la derivaron al Hospital Regional".

Sobre la salud de su joven hija, Paola Morales indicó que le diagnosticaron muerte cerebral y que "los médicos no le dan posibilidades de vida".